Aunque la lesión por esfuerzo repetitivo puede referirse a cualquier dolor causado por el uso excesivo y los movimientos repetidos, en los últimos años esta afección se ha asociado más comúnmente al dolor causado por el uso constante de un ordenador u otra tecnología. Con nombres alternativos como síndrome ocupacional por uso excesivo, trastorno del miembro superior relacionado con el trabajo o túnel carpiano, hoy en día la RSI suele asociarse a lesiones que se producen con el tiempo debido a actividades repetidas como teclear. Esto puede dificultar su tratamiento, ya que actualmente la mayoría de las personas están obligadas a utilizar un teléfono o un ordenador para trabajar, pero la buena noticia es que un especialista en ortopedia podrá ayudarte. Sigue leyendo para saber más sobre esta afección, las opciones de tratamiento y cómo evitar que se produzca en primer lugar.
Reconocer las lesiones por esfuerzo repetitivo
Aunque cualquiera puede ser víctima de una RSI, hay una serie de comportamientos y estilos de vida que se consideran factores de riesgo habituales. En resumen, cualquier cosa que te obligue a realizar los mismos movimientos repetidamente y a mantener la misma postura durante largos periodos de tiempo puede considerarse una causa. Esto puede significar simplemente encorvarse sobre un escritorio, pero también puede tratarse de posturas anormales, como llevar las manos por encima de la cabeza o transportar objetos pesados. Las personas con lesiones previas o con estilos de vida sedentarios también pueden tener un riesgo mayor. Aunque las personas con trabajos de oficina suelen entrar en esta categoría, el abanico de ocupaciones que suelen provocar RSI es más amplio, e incluye a higienistas dentales, cocineros, conductores de autobús y músicos.
Lo más habitual es que los síntomas de la RSI aparezcan en la parte superior del cuerpo, incluidas las muñecas, las manos, los codos, los antebrazos, los hombros y el cuello, aunque en algunos casos pueden verse afectadas otras partes del cuerpo. Los síntomas habituales incluyen dolor de muñeca o dolor en la zona afectada, sensibilidad y calambres en la zona distendida, así como posibles hormigueos o rigidez. En la mayoría de los casos, puedes empezar a notar los síntomas sólo cuando participas en el movimiento repetitivo, pero con el tiempo los síntomas pueden hacerse más constantes. Cuando esto ocurre, puedes empezar a experimentar hinchazón o sensación de debilidad, además de otros síntomas.
Si empiezas a notar signos de RSI, actúa inmediatamente buscando formas de modificar tus tareas diarias y haciendo descansos constantes. También es importante visitar a un especialista ortopédico que pueda ayudar a identificar cualquier lesión y crear planes de tratamiento.
Cómo se trata la lesión por esfuerzo repetitivo
Cuando visites a un médico por una posible RSI, es probable que empiece con una exploración física que incluya diversas pruebas de amplitud de movimiento, comprobando la sensibilidad, la inflamación, la fuerza y los reflejos en la zona sintomática. En algunos casos, el médico también puede solicitar una resonancia magnética o una ecografía para evaluar el daño tisular.
Cuando la RSI se detecta precozmente, el tratamiento más eficaz consiste en identificar la causa y empezar a introducir modificaciones que hagan la tarea menos dolorosa a largo plazo. Algunas actividades pueden interrumpirse por completo, pero esto no siempre es posible cuando la actividad está relacionada con el trabajo. Tu empleador tiene la obligación legal de ayudar a prevenir las RSI relacionadas con el trabajo, por lo que puedes hablar con tu jefe o con un defensor del lugar de trabajo para aplicar los cambios necesarios.
Un especialista en ortopedia puede ofrecer diversas medidas para aliviar el dolor y otros síntomas, dependiendo de la gravedad de la afección. Los remedios habituales incluyen compresas calientes y frías, soporte elástico, inyecciones de esteroides y tandas cortas de ibuprofeno para aliviar el dolor. Pueden pedirte que realices una serie de ejercicios que ayuden a fortalecer la zona y contrarrestar la tensión diaria. Además de éstos, pueden enviarte a trabajar con un fisioterapeuta en ajustes de tu postura y posicionamiento y para que aprendas formas menos estresantes de realizar tus actividades cotidianas. Cuando un caso es grave o no se ha tratado, puede ser necesaria la cirugía.
Prevenir precozmente las lesiones por movimientos repetitivos
Como ocurre con cualquier lesión, es mejor evitar que se produzcan que tratarlas después. Si te sientas a menudo en un escritorio, hay varias formas de optimizar tu espacio para evitar que se produzcan estos problemas. La clave es sentarse recto y no encorvarse; incluso puedes programar horas en tu teléfono para acordarte de comprobar tu postura, o levantarte y dar una vuelta.
También puedes configurar tu puesto de trabajo de forma que promueva una buena postura y comodidad. Una silla que apoye la zona lumbar es útil, sobre todo porque debes mantener los pies en el suelo. Un escritorio que pueda configurarse como escritorio de pie también te anima a estar más de pie, y sea cual sea la altura, tu monitor debe estar a la altura de los ojos.
Tanto si sufres síntomas de RSI como si quieres trabajar con un especialista ortopédico para evitar que ocurra, Ortopedia AICA puede ayudarte. Nuestro equipo multidisciplinar de expertos puede ofrecerte orientación y evitar que estos problemas se conviertan en crónicos.
