¿Qué causa las luxaciones?
Una luxación de hombro suele producirse por un impacto repentino, y la mayoría de las luxaciones se deben a una caída o a una lesión deportiva. Los deportes que implican un contacto físico intenso, como el hockey o el fútbol, tienen un mayor número de luxaciones de hombro que otros deportes. Cualquier caída fuerte o golpe en una articulación puede provocar su luxación. El impacto de un accidente de coche también puede hacer que una articulación se salga de su sitio.
Es importante tomarse en serio las luxaciones, pues pueden tener graves consecuencias si no se tratan adecuada y rápidamente. Por ejemplo, las luxaciones pueden causar lesiones nerviosas, rotura de ligamentos o músculos, o incluso provocar el desarrollo de artritis. Hay varios tipos diferentes de luxaciones de hombro sobre los que puedes informarte a continuación.
Debido a tanto potencial de daño tras una luxación, es necesario que tomes las medidas adecuadas para buscar tratamiento de inmediato. Ortopedia AICA cuenta con un equipo de especialistas que pueden diagnosticar y tratar tu lesión para que puedas iniciar el proceso hacia una recuperación completa.
¿Es una luxación parcial de hombro?
Después de la mayoría de las lesiones, es bastante fácil saber a simple vista si tienes o no una articulación dislocada. Puede parecer deformada o estar en un ángulo extraño en comparación con otra articulación similar del cuerpo. Algunas luxaciones de hombro pueden dar lugar a una “protuberancia” o “hendidura” cerca de la cavidad de la articulación. El incidente que provocó la lesión también puede causar un dolor intenso e incluso reducir o eliminar tu capacidad de mover el hombro, la pierna, el brazo, los dedos de los pies o de las manos, etc.
Pide siempre ayuda médica en cuanto presencies una lesión o descubras una luxación. Haz todo lo posible por ayudar a mantener al afectado (o a ti mismo) lo más quieto posible.
Cuando sufras una luxación, no debes intentar volver a introducir la articulación en la cavidad. Aunque en ese momento te parezca lo correcto, intentar volver a meter la articulación en la cavidad sin la experiencia de un médico o especialista puede empeorar la situación. Los ligamentos del cuerpo pueden haberse dañado y no pueden mantener eficazmente la articulación en su sitio, y también puedes causar daños a los vasos sanguíneos, los nervios, otros ligamentos y los músculos cercanos.
Mientras esperas a ver a un médico o especialista, mantente lo más quieto posible y limita al máximo el movimiento de la articulación y de las extremidades cercanas. Cubre cuidadosamente la articulación afectada con vendajes estériles y luego empieza a inmovilizar la lesión con una férula o cabestrillo en la misma posición en que se encontraba tras la lesión. Querrás asegurarte de que sigues teniendo una circulación sanguínea decente antes y después de la inmovilización. Las compresas de hielo pueden ayudar a reducir el dolor y la hinchazón de la zona afectada.
Busca siempre atención médica para los accidentes y lesiones, incluidas las luxaciones.