Es probable que hayas hecho esto alguna vez: notar tirantez o dolor en la espalda y estirarla hasta oír un crujido. Esto puede suponer un alivio y hacerte sentir que has solucionado cualquier problema subyacente que te causara dolor. Aunque puede que te sientas mejor, este resultado suele ser temporal y no aborda ninguna cuestión a largo plazo que esté causando realmente problemas de espalda. Acabas agrietándote la espalda una y otra vez, sin encontrar nunca un verdadero alivio. Aunque esto no es peligroso, hay mejores alternativas como tratamiento para el dolor de espalda.
Cómo funciona la columna vertebral
Para entender por qué cruje la espalda y qué puede causarle dolor de espalda, es importante conocer los matices de la compleja anatomía de la columna vertebral. Hay tres componentes principales de la columna vertebral.
La médula espinal es un haz largo y delgado de nervios que conecta tu cerebro y los nervios que hay por todo tu cuerpo.
Las meninges son membranas que rodean la médula espinal y el cerebro y que absorben cualquier impacto contra la columna vertebral. Estas membranas contienen un líquido llamado líquido cefalorraquídeo (LCR) que cumple varias funciones.
La columna vertebral es el núcleo de la columna vertebral. Se compone de 33 piezas óseas llamadas vértebras que se apilan verticalmente unas sobre otras, llegando desde el cóccix hasta justo debajo del cráneo. Cada vértebra se mueve independientemente de las demás, lo que permite que la espalda sea flexible. Entre cada conjunto de huesos hay un disco blando lleno de un líquido gelatinoso llamado núcleo pulposo. Estos discos ofrecen una amortiguación entre las vértebras que impide que rocen entre sí y absorbe los impactos en la columna vertebral.
La columna vertebral también está conectada a una serie de tejidos, como los músculos, en la espalda, que ayudan a controlar el movimiento y la función. Juntos, todo este sistema permite el movimiento del cuerpo y la comunicación del sistema nervioso con el cerebro.
Qué ocurre cuando tu espalda cruje
Hay dos corrientes de pensamiento principales sobre por qué tu espalda hace un crujido.
Las teorías más populares giran en torno al gas que se libera cuando las articulaciones se ajustan de determinadas maneras. Según esta teoría, al crujirte la espalda se estiran unas cápsulas blandas que se sitúan en el borde exterior de las vértebras, alrededor de unas articulaciones conocidas como articulaciones facetarias. El estiramiento de estas cápsulas da más espacio al líquido sinovial que hay en su interior, permitiendo que se mueva y liberando presión sobre las articulaciones y los músculos de la espalda. La liberación de esta presión hace que el líquido sinovial se vuelva gaseoso y crea los crujidos, chasquidos y chasquidos que oyes. El rápido cambio de estado que se produce en este proceso se denomina cavitación.
Otras teorías también implican gases, aunque diferentes. Algunos expertos creen que gases como el oxígeno, el nitrógeno y el dióxido de carbono se acumulan entre las articulaciones con el tiempo, sobre todo cuando las articulaciones están hinchadas o mal alineadas debido a una mala postura. Según esta teoría, estirar las articulaciones o moverlas de determinadas maneras libera el gas y provoca los crujidos.
Por qué sienta bien
En las dos teorías anteriores, la liberación de presión es lo que puede hacer que te sientas bien al crujirte la espalda. La mayoría de las personas sienten alivio al hacerlo.
Junto con la liberación de gases, el agrietamiento de espalda también libera endorfinas en la zona que se ha ajustado. Las endorfinas, que son sustancias químicas que el cuerpo produce en la glándula pituitaria, están destinadas a controlar el dolor en tu cuerpo, y su liberación puede controlar el dolor en la parte agrietada de la espalda.
Sin embargo, también hay estudios que sugieren que el efecto placebo es la razón por la que tantas personas afirman sentir alivio al crujirse la espalda. Un estudio de 2011 muestra que el sonido del crujido de espalda era suficiente para provocar una sensación de alivio en muchas personas, aunque no les pasara nada en absoluto en la articulación.
¿Es peligroso partirse la espalda?
Si te crujes la espalda (o los nudillos) a menudo, es probable que al menos una persona te haya dicho que es peligroso. Los mitos dicen que puede causar desde artritis hasta un hueso roto: pero ¿son ciertos?
En general, crujirte la espalda no debería causar ningún dolor importante, y no hay ningún peligro asociado a la cavitación. Los ajustes, incluidos los profesionales, pueden resultar incómodos, pero no deben causar verdadero dolor. Sin embargo, un ajuste o movimiento realizado incorrectamente puede causar daños en la espalda, por lo que es importante acudir a un quiropráctico experimentado ante cualquier dolor de espalda.
Algunos riesgos potenciales de los ajustes inadecuados son los siguientes:
Nervios pinzados
Torcerte la espalda con demasiada rapidez o fuerza puede provocar pinzamientos nerviosos en la columna vertebral o cerca de ella. Estos nervios pinzados te dolerán durante un tiempo y pueden limitar tu movilidad hasta que los trate un profesional.
Distensiones y desgarros
El crujido forzado de la espalda también puede tensar y desgarrar los músculos de la espalda y sus alrededores, incluidos los músculos del cuello y de la cadera. Estas lesiones pueden dificultar o hacer doloroso el movimiento y, en casos muy graves, podrían incluso requerir cirugía.
Ligamentos estirados
Agrietarse la espalda con mucha frecuencia a lo largo del tiempo puede provocar un estiramiento permanente en los ligamentos, lo que se conoce como inestabilidad perpetua, que puede contribuir a la artrosis.
Vasos sanguíneos dañados
Romperte la espalda con demasiada fuerza o demasiado puede afectar a importantes vasos sanguíneos que recorren la espalda de arriba abajo y conectan con el cerebro. Esto puede causar complicaciones como la coagulación de la sangre, que crea un riesgo de ictus, aneurisma y otras lesiones cerebrales.
Romperte la espalda con seguridad
Si sientes la necesidad de crujirte la espalda a menudo, es probable que exista un problema subyacente que debe ser tratado por un profesional. Aunque lo hagas con seguridad, la necesidad repetida de aliviar la presión es un indicio de desalineación de la columna vertebral. Mientras esperas tu cita, hay una serie de ejercicios que puedes utilizar para obtener el mismo alivio, estirar los músculos de la espalda y promover la curación de la espalda. A continuación se ofrecen algunos ejemplos. Si alguno de ellos te causa dolor, deja de hacerlo inmediatamente y acude a un quiropráctico.
Estiramiento de la rodilla al pecho
- Túmbate boca arriba y, con las manos, tira de una rodilla hacia el pecho. Relaja la espalda y el cuello en el estiramiento, utilizando los brazos para tirar.
- Repite con la otra pierna.
- Alternar 2 ó 3 veces, dos veces al día.
También puedes poner la mano debajo de la rótula, en la parte posterior del muslo o enganchada sobre la pierna.
Rotación de la parte inferior de la espalda
- Túmbate boca arriba, con los pies apoyados en el suelo y las rodillas flexionadas.
- Mantén los hombros inmóviles y mueve lentamente las caderas hacia un lado hasta que las rodillas toquen el suelo.
- Mantén la posición durante 10 segundos, respirando profundamente 2 veces.
- Vuelve lentamente las rodillas a la posición vertical y repite del otro lado.
- Hazlo 2 ó 3 veces, dos veces al día.
Estiramiento del puente
- Túmbate boca arriba.
- Lleva los talones hacia atrás, hacia las nalgas, de modo que las rodillas estén flexionadas y apunten hacia arriba.
- Presiona los pies contra el suelo, levantando lentamente la pelvis hasta que el cuerpo forme una línea recta entre los hombros y las rodillas.
También puedes apoyar los pies en una pared mientras realizas la misma elevación pélvica, que ofrece más presión sobre la espalda y los hombros para distribuir el peso.
Rotación sentada de la parte inferior de la espalda
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- Siéntate en el suelo con las piernas estiradas. Pasa la pierna izquierda por encima de la derecha.
- Apoya el codo derecho en la rodilla izquierda y gira la parte superior del cuerpo hacia la izquierda.
- Mantén la posición durante 10 segundos, o 2 respiraciones profundas, antes de volver al centro.
- Repite en el lado opuesto.
Cuándo acudir al quiropráctico
La necesidad repetida de crujirte la espalda suele indicar una desalineación de la columna u otro problema que debe ser evaluado profesionalmente. Crujirte la espalda o realizar los ejercicios anteriores ofrecerá un alivio temporal, pero si el dolor o la rigidez iniciales reaparecen, es hora de buscar un quiropráctico que pueda determinar la causa fundamental de tu dolor.
Los quiroprácticos son capaces de realizar ajustes más allá de lo que puedes hacer tú mismo, y nunca debes intentar emularlos en casa o que te los haga otra persona.
También deberías acudir a un quiropráctico si notas la necesidad de crujirte la espalda más de cada 20 minutos. Éste es el tiempo mínimo necesario para que vuelvan a acumularse gases en las articulaciones, por lo que es un signo de que la causa de tu presión y dolor es otra cosa.
El dolor punzante, las punzadas, el bloqueo de las articulaciones y haber sufrido una lesión reciente también son razones por las que debes buscar atención médica lo antes posible.
Causas comunes de las grietas en la espalda
Una vez que visites a un quiropráctico por tus síntomas de espalda, podrá hacer un diagnóstico relacionado con tu columna vertebral y si hay algún problema o afección subyacente que cause tu dolor. Basándose en su experiencia, el quiropráctico podrá hacer un diagnóstico preciso y crear un plan de tratamiento personalizado en función de tus necesidades y de la recuperación posible.
A continuación se exponen algunas de las causas más comunes de dolor de espalda que llevan a la gente a empezar a crujirse la espalda.
Tirones de músculos y tendones
Algo tan sencillo como dormir en una posición incorrecta o levantar una caja pesada puede provocar un tirón en un músculo o tendón de la espalda. Esto puede provocar espasmos, tirantez y dolor mientras el músculo se cura y vuelve a la normalidad.
Inflamación
Parte de la respuesta inmunitaria natural de tu cuerpo implica inflamación. Aunque es saludable y puede ayudar a curar lesiones, también puede causar molestias y dolor, sobre todo si afecta a los nervios de la columna vertebral. El dolor crónico en la espalda y la columna vertebral a menudo puede estar relacionado con la inflamación.
Artritis
Hay más de cien tipos de artritis, que se define como inflamación de las articulaciones. Ciertas formas, como la artrosis y la artritis reumatoide, pueden causar rigidez e hinchazón en la espalda.
Osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad que hace que la masa ósea disminuya con el tiempo, sobre todo en las caderas, la muñeca y la columna vertebral. La disminución de la masa ósea hace que los huesos se debiliten e incluso se fracturen.
Lesiones discales
Cuando los discos entre las vértebras se dañan, se desplazan o se rompen, pueden causar dolor y entumecimiento u hormigueo. La materia desplazada invade los nervios circundantes, provocando estos síntomas. La degeneración debida al envejecimiento suele ser la causa de estas afecciones, aunque también pueden ser consecuencia de traumatismos y lesiones.
Estrés
Una de las principales responsabilidades de tu columna vertebral es mantener el cuerpo erguido. Cuando te encorvas a menudo o llevas peso de más, puedes someter a la columna vertebral a una tensión adicional, lo que hace más difícil mantenerte erguido. Los músculos de la espalda tienen entonces que compensar, lo que puede causar molestias y dolores en la espalda.
Hay otras lesiones y afecciones que un quiropráctico puede descubrir durante un examen minucioso.
¿Es lo mismo un ajuste quiropráctico que un crujido de espalda?
Cuando te mueves de tal modo que tu espalda cruje, normalmente sólo estás moviendo articulaciones que ya están de algún modo comprometidas, débiles o compensando desalineaciones. Como tu columna vertebral no debería moverse de este modo, el crujido puede indicar que hay una anomalía en la columna.
Un ajuste quiropráctico es muy distinto del que te haces tú mismo. El quiropráctico identificará cualquier desalineación y problema y se centrará en esas zonas durante un ajuste. Puede que oigas chasquidos y crujidos similares, y algunos de ellos pueden deberse a la liberación de gases y a la cavitación. Sin embargo, el quiropráctico no está moviendo las mismas articulaciones debilitadas que tú. Está haciendo movimientos muy específicos destinados a realinear y movilizar tu columna vertebral. No oír crujidos durante un ajuste no significa que no sea eficaz.
Cuando te crujes la espalda en casa, nunca debes pretender copiar un ajuste quiropráctico. Los proveedores pasan años aprendiendo esta habilidad tan compleja, y no puedes realizarla con seguridad en casa.
Si necesitas un ajuste quiropráctico y quieres dejar de crujirte la espalda, ponte en contacto con Ortopedia AICA hoy mismo para concertar una cita.