Tras una noche de sueño agitado o un largo viaje en coche, puede que estires la espalda, esperando un crujido que te alivie. Aunque esto se suele llamar crujir de espalda, en realidad no te estás rompiendo ningún hueso, sino que estás liberando aire retenido. Puede que te hayan dicho que esto es peligroso y que puede causar daños permanentes si sigues haciéndolo. Aunque en general es seguro, crujirte la espalda puede indicar un trastorno subyacente que no se resolverá con este hábito, por lo que deberías consultar a un quiropráctico especializado en dolor de espalda.
Por qué cruje tu espalda
Todas las articulaciones de tu cuerpo están lubricadas por una sustancia llamada líquido sinovial, que les permite moverse con suavidad. Pueden formarse burbujas de aire en la zona que rodea las articulaciones, lo que puede provocar sensaciones de rigidez o dolor que te lleven a crujirte la espalda. El movimiento ejerce presión sobre el líquido, provocando la liberación de gas de las articulaciones. Esta liberación de nitrógeno, oxígeno y dióxido de carbono de las articulaciones facetarias produce un chasquido, o lo que se conoce como crujido. Como la presión se disuelve, es probable que sientas alivio de lo que te llevó a crujirte la espalda en primer lugar.
En la mayoría de los casos, lo que oyes es esta liberación de gases. En algunos casos, puede producirse un movimiento real, pero éste se asocia a una sensación de dolor más que de alivio.
¿Puedo romperme la espalda todos los días?
Aunque en general es seguro crujirse la espalda, hacerlo más de una vez al día puede ser señal de afecciones más graves que requieren tratamiento. El dolor o las molestias incesantes antes o después del movimiento son señal de que existe una afección subyacente, y el alivio temporal no basta para tratarla.
Una vez que se ha agrietado una articulación, hacen falta al menos 20 minutos para que haya suficiente líquido para volver a acumular presión. Si ves que no sientes alivio, es probable que el aire no sea el problema.
A muchas personas les puede funcionar hacer estiramientos o ejercicios suaves en lugar de agrietarse durante el día. Al mejorar la postura, la flexibilidad y la fuerza, la espalda puede empezar a curarse más plenamente. Si sigues sintiendo la necesidad de crujirte la espalda, lo mejor es que consultes a un quiropráctico que pueda identificar la raíz del problema.
Cuándo no romperte la espalda
Fisurar la espalda con demasiada frecuencia o de forma inadecuada puede provocar complicaciones en algunos casos. Si te estás recuperando de una lesión, tienes un problema discal conocido o sufres otro tipo de dolor o inflamación, no debes crujirte la espalda. Cualquiera de estas condiciones significa también que no debes realizar la acción:
- Osteoporosis grave
- Cáncer medular
- Alto riesgo de ictus
- Una anomalía en el hueso superior del cuello
- Hormigueo, entumecimiento o pérdida de fuerza en un brazo o una pierna
Algunas personas tampoco podrán reventarse la espalda. Esto puede significar que la articulación no ha vuelto a su posición original de estar agrietada anteriormente o que el movimiento de tu articulación está restringido.
¿Las grietas en la espalda pueden provocar artritis?
Existe el mito generalizado de que crujirse la espalda o cualquier otra articulación puede causar artritis o agrandamiento de las articulaciones. Esto no es cierto, y muchas personas afirman que crujirse la espalda alivia los síntomas de la artritis. Sin embargo, algunas personas afirman que los síntomas se agravan, así que ten cuidado.
Sin embargo, puede provocar lesiones agudas, como distensiones articulares o lesiones nerviosas. Con el tiempo, esto puede causar desgaste en las articulaciones y posibles daños. Esto es distinto de la artritis, pero puede tener síntomas similares. En casos raros, el crujido de espalda también puede causar una hernia discal, inestabilidad articular o hipermovilidad.
Tratamiento del dolor de espalda
Por lo general, es seguro crujirse la espalda como forma de liberar la presión acumulada en las articulaciones de la columna vertebral. Sin embargo, la necesidad de hacerlo es señal de otras afecciones subyacentes que requieren tratamiento profesional. Así que, aunque puedes crujirte la espalda mientras tanto, lo mejor que puedes hacer a la siguiente señal de presión es consultar a un especialista de Ortopedia AICA.
Nuestro equipo de quiroprácticos, fisioterapeutas, traumatólogos y otros profesionales te ayudará a identificar la causa de tu dolor. Con esta información, trabajamos contigo para crear un plan de cuidados personalizado que aborde la causa fundamental de tu dolor de espalda, aliviándote de los síntomas y evitando que te agrietes la espalda hasta el punto de ponerte en peligro. ¡Llámanos hoy mismo para empezar!