Se habla de fractura cuando un hueso se agrieta o se rompe, y cualquier hueso es susceptible de sufrir una. Las fracturas se clasifican en compuestas (abiertas) o simples (cerradas); las compuestas consisten en roturas limpias que sólo afectan al hueso, mientras que las simples afectan también al tejido circundante. Hay varios tipos diferentes de fracturas y todas requieren tratamiento ortopédico inmediato.
Tipos de fracturas óseas
Los tipos más comunes de fracturas que tratan nuestros médicos ortopédicos de Atlanta son:
- Transversal
- Oblicuo
- Línea del cabello
- Impactado
- Espiral
- Compresión
- Estrés
Definición de cada tipo
- Transversal – Rotura que se produce directamente a través de un hueso.
- Oblicua – Rotura inclinada o diagonal.
- Fractura capilar: fractura parcial o limitada que sólo afecta a una pequeña porción del hueso. Debido a lo pequeñas que son las fracturas capilares, a menudo se necesitan aparatos de diagnóstico por imagen.
- Impactado – Cuando una parte de un hueso roto es empujada hacia otra zona del hueso.
- Compresión: más frecuente en la columna vertebral, este tipo concreto de fractura se refiere a la rotura completa del hueso.
- Tensión – Rotura que se produce como resultado de acciones repetitivas que añaden una tensión y presión significativas a los huesos. Afecta sobre todo a los atletas.
Síntomas
Los pacientes con una fractura ósea suelen experimentar una combinación de:
- Inflamación
- Contusiones profundas
- Enrojecimiento
- Dolor sordo a agudo
Las fracturas suelen disminuir o eliminar temporalmente la movilidad personal, aunque los resultados varían según cada persona.
Tratamiento ortopédico de las fracturas óseas
El tratamiento viene dictado por las características de la fractura de cada paciente. Aun así, el reposo siempre es recomendable y constituye el aspecto más crítico de cualquier programa de tratamiento. Aplicar hielo en la zona afectada suele ayudar a reducir la inflamación y adormecer cualquier dolor. Pueden recetarse antiinflamatorios y analgésicos para ayudar a tratar el dolor y la inflamación. A la mayoría de los pacientes se les inmoviliza la fractura durante un tiempo determinado utilizando una escayola, un cabestrillo o muletas.
Las fracturas complejas pueden requerir clavos, tornillos o clavos para realinear y mantener el hueso roto en su sitio mientras se cura. Una vez que te hayas recuperado totalmente, la mayoría de los pacientes se someten a fisioterapia para ayudar a reforzar la zona dañada y recuperar la movilidad.
En las fracturas por estrés, los pacientes deben guardar reposo y abstenerse de cualquier tipo de actividad leve durante un máximo de ocho semanas.
Evitar las fracturas óseas
Mantener una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio varias veces por semana y consumir mucho calcio puede ayudar a reducir las probabilidades de sufrir una fractura ósea. Llevar exceso de peso añade una enorme cantidad de presión y tensión a las articulaciones, así como a los huesos, haciéndolos más susceptibles a las fracturas. Fumar cigarrillos también influye en la pérdida ósea y puede impedir que te recuperes completamente tras sufrir una lesión por accidente.