Mucha gente asocia las fracturas óseas con la infancia y piensa en niños con escayolas de colores brillantes en brazos o piernas. Sin embargo, los adultos también pueden romperse huesos, y los cuerpos adultos no son tan resistentes como los cuerpos jóvenes en crecimiento. Debes cuidarte bien cuando tengas un hueso roto y evitar cualquier cosa que pueda empeorar el dolor o alargar el periodo de recuperación. Quizá te sorprenda saber que puedes acudir a un quiropráctico aunque tengas un hueso roto. Habla con tu quiropráctico de Atlanta sobre tu fractura ósea y sobre cómo la atención quiropráctica puede contribuir a tu proceso de curación.
Buscar tratamiento para una fractura ósea
El término oficial para un hueso roto es fractura ósea, y hay varios tipos diferentes de fracturas. Las más evidentes son las fracturas óseas que puedes haber sufrido de niño si te caíste de las barras del mono o del monopatín y te rompiste el brazo o el tobillo. Sin embargo, hay otros tipos de huesos rotos que son más sutiles y no siempre requieren una escayola para su tratamiento.
Cuando sufres una fractura ósea en la edad adulta, es posible que acudas a urgencias o a una clínica especializada en lesiones deportivas y de automóvil. Para determinar qué tratamiento es el más adecuado para ti, tu médico tendrá que diagnosticar el hueso roto. Cuando se trata de diagnosticar una fractura, el médico suele utilizar una radiografía para obtener una mejor imagen del hueso dañado en la zona. En algunos casos, el médico puede querer hacer un TAC para obtener imágenes más claras de cómo se han visto afectados también los tejidos blandos, como los músculos. El tipo de fractura que tengas determinará el plan de tratamiento y el proceso de recuperación.
Cómo puede afectarte una fractura ósea
Una fractura ósea puede tardar en curarse, sobre todo cuanto mayor seas cuando se produce. Los huesos rotos de los niños pequeños suelen curarse con más fuerza que antes, porque sus cuerpos aún están creciendo. A medida que envejecemos, los huesos se vuelven más frágiles y, de hecho, pueden ser más susceptibles a las lesiones. Un hueso roto en un adulto de edad avanzada puede afectar realmente a tu movilidad y a tus rutinas diarias.
Si te rompes la muñeca, puede que tengas que llevar una ortesis o escayola para ayudar a sujetar y fijar la articulación mientras se cura. En muchos casos, se produce hinchazón e inflamación, que pueden tardar semanas o incluso meses en disiparse por completo. Una muñeca rota puede impedirte realizar tareas rutinarias sin dificultad, como abrir un tarro o abrocharte la camisa. A lo largo del proceso de tratamiento, quizá quieras hablar con tu quiropráctico de Atlanta sobre cómo la atención quiropráctica puede ayudar a tu curación.
Cómo ayuda el cuidado quiropráctico a curar una fractura ósea
Cuando te estás curando de una fractura ósea, debes ser delicado contigo mismo y permitirte un tiempo de recuperación adecuado. Todos llevamos una vida ajetreada y puede resultar difícil reducir la velocidad para que se produzca el proceso de curación. Sin embargo, cuanto más intentes acelerar tu recuperación, más tiempo te llevará curarte. Por eso puede ser estupendo tener un médico al que puedas consultar durante todo el proceso para asegurarte de que te estás curando y recuperando bien. Un hueso roto también puede repercutir en el resto de tu cuerpo al compensar la pérdida temporal de movilidad.
Un quiropráctico puede trabajar contigo para mantener unos huesos y articulaciones más sanos y ayudarte a evitar mejor las fracturas óseas en el futuro. Los quiroprácticos utilizan ajustes suaves, masajes terapéuticos y otras opciones de tratamiento de rehabilitación para apoyar el proceso de curación, al tiempo que te ayudan a fortalecerte y recuperar tu amplitud de movimiento. Una fractura ósea puede afectar mucho a tu movilidad, flexibilidad y fuerza. Los tratamientos quiroprácticos, como los ajustes de la columna vertebral y las articulaciones, ayudan a restablecer un funcionamiento saludable para que los nutrientes sanos y curativos puedan fluir sin obstrucciones. Tu quiropráctico también puede ayudarte con tratamientos preventivos, estiramientos y ejercicios que te ayudarán a reducir la inflamación, la rigidez muscular y el dolor, al tiempo que mejoran tu fuerza muscular y tu flexibilidad.
Habla con tu quiropráctico para saber más sobre cómo el cuidado quiropráctico puede complementar el tratamiento de una fractura ósea para que puedas experimentar una recuperación completa.