Dolor, rigidez e hinchazón pueden ser consecuencia de una enfermedad articular degenerativa. Cuando aparece este dolor, puede resultar más fácil limitarse a descansar, pero evitar el ejercicio puede ponerte en riesgo de perder masa muscular y de un posible aumento de peso.
Con el peso añadido y unos músculos más débiles, se puede ejercer una presión añadida sobre las articulaciones, provocando el deterioro de los tendones y ligamentos.
Mantenerse activo es fundamental
Cuando se evita la actividad física debido al dolor, se producirá más dolor debido a la falta de actividad. Aunque al principio pueda resultar difícil, la única forma de empezar a librar a tu cuerpo del dolor es iniciar un régimen de ejercicios que te ayude a preservar la salud articular.
Al empezar un nuevo régimen de ejercicio, hay que tener en cuenta tres componentes esenciales: la flexibilidad, la resistencia y el entrenamiento de fuerza.
- La flexibilidad se mejora llevando los músculos por toda su amplitud de movimiento y manteniendo la posición en una amplitud de movimiento extrema o cerca de ella durante unos segundos sin experimentar demasiadas molestias. Evita el movimiento extremo de una articulación afectada por la artritis.
- La resistencia se mejora realizando ejercicios aeróbicos que no sean demasiado estresantes para las articulaciones, como andar, nadar, montar en bicicleta y aeróbic acuático. Se sabe que los ejercicios de resistencia favorecen la pérdida de peso, lo que a su vez reduce la tensión en las articulaciones, sobre todo en las caderas y las rodillas. Caminar es una forma estupenda de reducir los síntomas de la artritis de cadera, que pueden agravarse al permanecer sentado durante periodos prolongados.
- El entrenamiento de fuerza puede realizarse utilizando pesas ligeras adecuadas a tu nivel de forma física, así como ejercicios calisténicos o a mano alzada, como sentadillas con el peso del cuerpo, para fortalecer los músculos que rodean y sostienen la articulación de la cadera.
Qué esperar
Poniendo en práctica estos tres factores, tu dolor articular empezará a remitir. Tener una mayor movilidad y función articular puede permitirte embarcarte en actividades que antes no podías debido al dolor articular que te obstaculizaba. Consulta siempre con un médico antes de empezar un nuevo régimen de entrenamiento y ve abriéndote camino. Empezar demasiado rápido puede provocar más lesiones, así que empieza despacio.
Si el dolor y la rigidez articular se han apoderado de tu vida, y te gustaría incorporar el ejercicio para ayudar a controlar tu dolor articular, ponte en contacto con nuestros médicos ortopédicos de Atlanta hoy mismo para obtener más información. Marca el (404) 855-2141 para concertar una cita hoy mismo.