La atención quiropráctica es bien conocida por reducir el dolor, sobre todo el de cuello y espalda. Muchas personas recurren a la atención quiropráctica para recuperarse de un accidente de coche, librarse de dolores de cabeza y migrañas recurrentes, o para aliviar problemas como la ciática y las hernias discales. Los quiroprácticos son expertos en los sistemas esquelético y nervioso central, y a menudo trabajan en colaboración con otros especialistas, como neurólogos, cirujanos ortopédicos y fisioterapeutas, para proporcionar la atención más completa a sus pacientes.
Así que vas al quiropráctico para que te haga un ajuste y estás deseando sentir alivio de ese dolor persistente o de ese frustrante dolor punzante. Pero, ¿qué ocurre si al salir del quiropráctico después de un ajuste te sientes peor que antes de ir? ¿Significa eso que la atención quiropráctica no funciona, que no es segura o que algo grave le pasa a tu cuerpo? La respuesta breve a todas esas preguntas es no, pero es importante comprender por qué puedes tener algunas molestias después de un ajuste quiropráctico.
Dolor
Cuando te hacen un ajuste, tus vértebras se mueven ligeramente. Tus músculos tienen que adaptarse al movimiento del hueso, por lo que pueden acabar alargándose o acortándose ligeramente, lo que puede provocar agujetas. El dolor está relacionado con el movimiento de los huesos y no con la presión ejercida por el quiropráctico. También puede deberse a la liberación de la tensión en los músculos, de forma similar a cuando haces ejercicio y tienes agujetas al repararse los músculos. A medida que tu cuerpo se acostumbra a estar bien alineado, los músculos se adaptan y dejan de estar doloridos.
Cuanto más a menudo te ajusten, más rápido se acostumbrará tu cuerpo al ajuste y más tiempo “aguantará” el ajuste, lo que reducirá o eliminará por completo el dolor posterior al ajuste. Si tienes dolores prolongados o extremos, o sigues teniendo dolores después de muchos ajustes, habla con tu quiropráctico o cirujano ortopédico para explorar otras posibles causas.
Enfermedad
A veces, después de visitar al quiropráctico, puedes empezar a encontrarte mal. Esto no significa que el quiropráctico te haya puesto enfermo o que el ajuste te haya provocado una enfermedad. Cuando te ajustan, todo tu sistema inmunitario se pone en marcha, lo que significa que trabaja con una eficacia óptima para eliminar todo lo que no debería estar en tu cuerpo. Esto puede provocar algo de tos, secreción nasal o estornudos, o incluso, a veces, un resfriado en toda regla. Recuerda que todos estos “síntomas” son señales de salud de tu cuerpo, y son la forma que tiene éste de deshacerse de las cosas malas que hay en tu interior. Sin el ajuste, lo más probable es que siguieras enfermando, pero con el ajuste, la gravedad y la duración de la enfermedad disminuyen considerablemente.
Cambios digestivos
Al igual que ocurre con el dolor y la enfermedad, los cambios digestivos pueden ser una reacción sorprendente y frustrante a un ajuste quiropráctico. Dado que tu aparato digestivo está directamente relacionado con las vértebras de la parte baja de la espalda, un ajuste puede provocar fluctuaciones sorprendentes en tus movimientos intestinales. Algunas personas con problemas como el estreñimiento o el síndrome del intestino irritable notarán movimientos intestinales más regulares después de los ajustes, mientras que las que tienen movimientos intestinales normales pueden notar un aumento de la digestión irregular. Si éste es tu caso, habla con tu quiropráctico, médico de atención primaria, fisioterapeuta o cirujano ortopédico sobre estos cambios si son duraderos o repercuten en tu vida cotidiana.
Cómo minimizar el sentirse peor después de visitar al quiropráctico
Algunas secuelas de un ajuste quiropráctico son inevitables, pero puedes minimizar la frecuencia y gravedad de los llamados efectos secundarios de varias maneras. En primer lugar, bebe mucha agua antes y después del ajuste. Esto ayuda a eliminar toxinas y a mantener hidratados y lubricados los músculos y las articulaciones. En segundo lugar, sé constante con tu plan de cuidados quiroprácticos. Cuanto más te mantengas en la alineación adecuada, menos probable será que te sientas peor después de los ajustes. En tercer lugar, asegúrate de comer lo más sano posible. Aunque es importante hacerlo siempre, hacerlo justo después de un ajuste ayudará a tu cuerpo a obtener los nutrientes que necesita para curarse de cualquier problema y mantener una salud óptima tras el ajuste. Por último, intenta dormir bien por la noche después del ajuste. Tu cuerpo está en modo ultrasanador después de visitar al quiropráctico, así que dale tiempo suficiente para reparar y restaurar lo que necesite durmiendo lo suficiente.
Además, asegúrate de acudir a un quiropráctico ampliamente respetado y de confianza en la comunidad, como los de AICA Orthopedics. Nuestros quiroprácticos ofrecen citas en todo el área metropolitana de Atlanta, en nuestras distintas clínicas, y siempre trabajan con equipos de otros especialistas para proporcionarte la mejor y más completa atención. Para saber más sobre la atención quiropráctica o concertar una cita con un quiropráctico, cirujano ortopédico, fisioterapeuta u otro especialista de AICA, ponte en contacto con nosotros hoy mismo.
