Las articulaciones del cuerpo permiten el movimiento, pero la articulación del hombro es la más vulnerable, ya que es la articulación más móvil del cuerpo. Debido a esta versatilidad, la articulación del hombro puede ser inestable, provocando luxaciones.
Contexto
En la articulación del hombro, la cabeza del húmero (hueso de la parte superior del brazo) se asienta en la fosa glenoidea, una prolongación de la escápula u omóplato. La fosa glenoidea es una depresión poco profunda, y debido a ello, las zonas circundantes son necesarias para mantener la estabilidad. El labrum, dentro de la articulación, se extiende desde la fosa glenoidea y proporciona un receptáculo más profundo para la articulación de estabilidad del húmero.
Cuando la cabeza del húmero se separa por la fuerza del hombro, se produce una luxación. La luxación puede producirse en multitud de direcciones diferentes, y la luxación se describe por la ubicación del lugar en el que acaba la cabeza del húmero tras la luxación. Casi todas las luxaciones se caracterizan como luxaciones anteriores, ya que la cabeza humeral acaba situada delante de la articulación.
Sin embargo, en algunas luxaciones es posible una luxación posterior, ya que la cabeza del húmero se habría desplazado hacia atrás, hacia el omóplato. En situaciones poco frecuentes, las luxaciones incluyen la luxatio erecta, que es cuando la luxación se produce por debajo de la articulación, o una intratorácica, que es cuando la cabeza humeral queda alojada entre las costillas.
¿Qué ocurre cuando se produce una luxación?
Cuando se produce una luxación de hombro el hombro suele estar en una posición vulnerable, como tener el codo doblado y detrás de la cabeza, cuando se recibe la fuerza, lo que hace que la cabeza del húmero se salga de la fosa. Este tipo de lesión es frecuente entre los jugadores de béisbol y voleibol, ya que son más propensos a caer sobre sus manos extendidas. Cuando se produce una luxación anterior, el hombro se enfrenta a una rotación externa, que es cuando el hombro gira alejándose del cuerpo.
La luxación posterior es consecuencia de causas más específicas, como lesiones eléctricas o convulsiones. Este tipo de lesión también es frecuente en las personas mayores y puede producirse por una inflamación mínima, y también suele diagnosticarse erróneamente por dolor de hombro.
La luxación de hombro en los jóvenes suele estar causada por algún traumatismo, que suele ser consecuencia de lesiones deportivas o incluso caídas. En la población de más edad, las luxaciones se deben al debilitamiento gradual de los ligamentos y cartílagos del hombro. Sin embargo, la edad no siempre es el único factor que interviene en las luxaciones de los pacientes mayores; sigue siendo necesario que se produzca alguna fuerza para que se produzca una luxación.
¿Qué te pone en riesgo de sufrir una luxación de hombro?
Las luxaciones de hombro suelen producirse en dos grupos de edad:
- La causa más frecuente de luxación de hombro en los jóvenes son las lesiones relacionadas con el deporte.
- También corren riesgo las personas mayores y más propensas a las caídas. Las fibras de colágeno de los tendones y cartílagos tienden a romperse a medida que el cuerpo envejece, lo que debilita las estructuras circundantes del hombro.
Cuando se produce un traumatismo, puede producirse una luxación.
¿Quién trata las luxaciones?
Si sospechas que tienes una luxación de hombro, debes acudir a un servicio de urgencias. Los médicos de Urgencias están formados para tratar y diagnosticar las luxaciones, así como para proporcionarte formas de aliviar el dolor.
Una vez que te hayan diagnosticado una luxación de hombro, te remitirán a un especialista en ortopedia que determinará el siguiente curso de acción. En algunos casos, lo único que se necesita es un seguimiento, pero en otros puede sugerirse una intervención quirúrgica para evitar futuras luxaciones.
Un médico ortopédico también puede hacer que trabajes en estrecha colaboración con tu médico de atención primaria, un fisioterapeuta y, si me necesitas, también un médico especialista en medicina deportiva, para asegurarse de que tienes las mejores posibilidades de recuperación.
Síntomas
Cuando se disloca el hombro, siempre hay dolor y puede ser insoportable. La movilidad del brazo es mínima, y existe la posibilidad de que se produzcan espasmos en el brazo. Como la cabeza del húmero suele desplazarse de su sitio, el hombro puede parecer abultado, lo que suele ser un signo revelador de luxación.
El cuerpo también puede empezar a experimentar náuseas, vómitos y sudoración a medida que aumenta el dolor y sube la adrenalina en el cuerpo.
¿Cómo se diagnostican las luxaciones?
Si se sospecha una luxación de hombro, la primera medida de preocupación es la recolocación de la articulación y el control del dolor. El médico también hará preguntas sobre alergias, antecedentes familiares y si ha ocurrido antes, ya que eso puede alterar su plan de tratamiento. Al examinar el hombro, el médico buscará un hombro “cuadrado”, que tendrá una pérdida de aspecto redondeado sano.
Un radiografía para confirmar el diagnóstico y descartar otras afecciones, como fracturas. Las fracturas de hombro más frecuentes son la deformidad de Hill-Sachs, que se produce cuando la cabeza del húmero sufre una fractura por compresión, y la segunda es la lesión de Bankart, que se produce cuando hay una astilla en la fosa glenoidea.
Para garantizar que se cubren todos los ángulos en una radiografía, se toman dos imágenes, una desde el lado anterior y otra desde el lado posterior para cubrir todos los ángulos de la cabeza humeral.
Las luxaciones de hombro son dolorosas, y nuestro equipo de médicos ortopédicos de Atlanta está altamente cualificado para tratar esta afección, así como para proporcionar educación que ayude a prevenir futuras luxaciones. Si has sufrido una luxación y necesitas que un especialista te ayude en tu camino hacia la recuperación, nuestro equipo de especialistas está preparado para ayudarte ahora, y llamando al (404) 855-2141, estarás dando el primer paso en tu camino hacia la recuperación.