Hoy en día es bastante común saber que, si sufres un traumatismo craneoencefálico grave, debes acudir al hospital lo antes posible. Sin embargo, entre las personas que tienen este conocimiento, la suposición común es que esto se debe a que puedes tener una conmoción cerebral o una lesión cerebral similar que podría empeorar con un impacto repetido. De lo que no se habla a menudo, pero podría decirse que es mucho más urgente, es de la posibilidad de una hemorragia cerebral. Mientras que una conmoción cerebral es grave pero tratable con reposo en cama, una hemorragia cerebral es casi siempre mortal si no se trata inmediatamente. Pueden ocurrirle a cualquier persona de cualquier edad y capacidad, y pueden hacer que tu día pase de ser un dolor de cabeza a un lecho de muerte en cuestión de horas.
Puede parecer inútil intentar predecir una lesión que puede dar un giro tan repentino, pero, afortunadamente, hay algunos síntomas distintivos a los que puedes estar atento. Conocer estos síntomas puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Qué es una hemorragia cerebral?
Para empezar, hablemos de qué es una hemorragia cerebral y por qué es tan peligrosa. Una hemorragia cerebral puede producirse tras un traumatismo craneoencefálico grave o tras desarrollar un tumor cerebral o un aneurisma. Según en qué parte de la cabeza se produzca, también puede denominarse hemorragia intracraneal (dentro del cráneo) o intracerebral (dentro del cerebro). Son exactamente como suenan: la sangre empieza a acumularse dentro o alrededor del cerebro debido a un traumatismo interno.
Las hemorragias internas nunca son buenas, pero las cerebrales son especialmente peligrosas, ya que el cerebro es un órgano muy sensible y la presión de una hemorragia cerebral, por pequeña que sea, puede causar trastornos importantes. Para poner en perspectiva lo grave que puede llegar a ser una hemorragia cerebral, si se ve afectada una arteria principal, podrías acabar sufriendo lo que se conoce como ictus hemorrágico. No sólo son situaciones de emergencia increíblemente peligrosas, sino que no se suele sobrevivir a ellas, ya que se calcula que la tasa de supervivencia ronda el 30%.
Signos y síntomas
Teniendo en cuenta la corta ventana de oportunidad, puede llegar a ser fácil creer que memorizar los síntomas es un esfuerzo inútil. Al fin y al cabo, parece que la muerte es casi inevitable. Por inútil que parezca, por improbable que parezca, es importante que recuerdes estos signos.
Las hemorragias cerebrales no siempre son mortales, pero deben detectarse a tiempo. Recuerda acudir siempre a un centro de urgencias inmediatamente después de cualquier traumatismo craneoencefálico importante, e infórmales si experimentas alguno de los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza
- Dolor de espalda o cuello
- Rigidez en el cuello
- Cambios en la visión
- Fotofobia (sensibilidad a la luz)
- Un lado de la cara o del cuerpo se debilita más que el otro
- Habla arrastrada
- Letargo
- Vómitos y náuseas
- Confusión
- Cambios de comportamiento
- Convulsiones
- Colapsando
- Pérdida de conocimiento
Breve reseña de FASTER
Dado que una hemorragia cerebral también puede presentarse en forma de ictus hemorrágico y que las hemorragias cerebrales, en general, suelen compartir síntomas con un ictus, recordar los pasos para detectar un ictus también puede ayudar a recordar los síntomas de una hemorragia cerebral. A menudo, la comprobación de los síntomas se reduce a una rúbrica de seis pasos conocida como FASTER, ya que hay varios síntomas fácilmente reconocibles a los que prestar atención. Es tan fácil de memorizar que puede hacerlo un niño de preescolar, y saber qué hacer en un caso así es vital para la supervivencia continuada de cualquier persona de la que puedas sospechar que sufre un ictus o una hemorragia cerebral.
Los pasos de FASTER son los siguientes:
- F significa Cara, y se refiere a la caída o adormecimiento de un lado de la cara frente al otro. Sugiere al sujeto que sonría para enfatizar la caída.
- A significa Brazos, y se refiere a que un brazo es más débil o número que el otro. Pide a la persona que levante ambos brazos y los mantenga así hasta contar hasta 10. Si un brazo cae o empieza a descolgarse, podría ser indicio de un ictus o de una hemorragia cerebral.
- La S significa Estabilidad, que se refiere a tu capacidad para mantenerte firme sobre tus pies. Las personas pueden tropezar, marearse mucho o ser incapaces de mantenerse de pie sin ayuda. Si normalmente son capaces de mantenerse de pie, intenta que lo hagan y vigila su equilibrio.
- La T significa Hablar, y se refiere a alteraciones del habla como arrastrar las palabras, frases confusas e ininteligibles, o incapacidad para responder adecuadamente. Las personas que han sufrido un ictus o cualquier traumatismo craneal grave pueden ser difíciles de entender, y a los demás puede resultarles difícil comprenderlas. Pide a la otra persona que repita una frase sencilla, como “La manzana es roja”.
- E significa Ojos, que se refiere a los cambios en la visión. La pérdida total de visión en un ojo, la visión doble y la pérdida parcial de visión en uno o ambos ojos son ejemplos de cambios bruscos de visión que pueden producirse durante un ictus o una hemorragia cerebral. Si el paciente responde, intenta preguntarle cómo ve. Si no responde adecuadamente o no responde en absoluto, es probable que un profesional médico lo compruebe cuando llegues a urgencias.
- R significa Reaccionar, y sirve como recordatorio para llamar al 911 inmediatamente si observas alguno de estos síntomas. Incluso si los síntomas remiten, llama e intenta recordar cuándo aparecieron originalmente.
Causas comunes y factores de riesgo
Como se ha dicho, cualquier traumatismo craneoencefálico importante puede provocar una hemorragia cerebral, y los traumatismos craneoencefálicos, en el sentido más general, son la causa principal de las hemorragias cerebrales. Las causas de una hemorragia cerebral son tan variadas como el número de formas en que puedes golpearte la cabeza, pero a menudo se olvidan los factores de riesgo que determinan la probabilidad de que desarrolles una hemorragia tras golpearte la cabeza.
Es importante que tengas en cuenta tus factores de riesgo individuales, ya que las personas con un alto riesgo de desarrollar una hemorragia cerebral pueden necesitar una lesión en la cabeza mucho menos grave para desencadenar la reacción en cadena que alguien sin estos factores en juego.
Edad
No es ningún secreto que la población anciana en su conjunto es más susceptible de sufrir lesiones y enfermedades. A medida que nuestro cuerpo envejece, empezamos a perder mucha integridad estructural: los huesos se debilitan, la piel y las paredes de los vasos sanguíneos se adelgazan, y los problemas de movilidad suelen convertirse en un problema. Dicho esto, la población anciana es la que corre mayor riesgo de sufrir hemorragias cerebrales. La razón es sencilla: los accidentes por resbalón y caída son los que más contribuyen a las hemorragias cerebrales, por encima de cualquier otro tipo de lesión.
Esto se debe en gran parte a que, debido al debilitamiento de los vasos sanguíneos y a la menor capacidad de coagulación de la sangre que suelen tener las personas mayores, si se produce algún daño, es mucho más probable que sangren. Piensa en cuántos ancianos has visto con hematomas masivos en brazos o piernas, y piensa cómo se aplica esto al cerebro.
Medicamentos
Muchos medicamentos pueden tener un efecto secundario anticoagulante, lo que significa que, cuando sangres, sangrarás más y más deprisa antes de que tu cuerpo tenga capacidad para formar un coágulo. Esto es algo que debes tener en cuenta, sobre todo cuando traigas a otra persona por una hemorragia cerebral o sospecha de hemorragia cerebral, ya que puede que no sea capaz de comunicar adecuadamente a su médico qué medicamentos está tomando. Dar un informe sustitutivo inadecuado puede ser perjudicial para sus posibilidades de supervivencia y recuperación a largo plazo, por lo que es sumamente importante que se evalúen estos factores si eres el contacto de emergencia o el cuidador de la persona.
Hipertensión arterial
Las enfermedades cardiacas son la causa de muerte más común entre los estadounidenses de hoy en día, y aunque la hipertensión arterial por sí sola no suele ser el factor mortal, puede acarrear consecuencias mucho peores. Si tu sangre fluye más deprisa, sangrarás más antes de que pueda coagular. Cuanto más alta sea tu tensión arterial, más tendrás que preocuparte por este factor de riesgo cuando se trate de cualquier tipo de traumatismo craneoencefálico.
AICA Ortopedia para el Cuidado Integral del Cuerpo
Los traumatismos craneoencefálicos de cualquier tipo son malos, pero dependiendo de la gravedad del impacto y de tu impacto individual, tus posibilidades de desarrollar una hemorragia cerebral podrían aumentar drásticamente. Afortunadamente, no es una sentencia de muerte. Si tú o un ser querido sufrís algún tipo de lesión importante en la cabeza, intentad llamar al 911 y acudir al hospital lo antes posible. Después, lo mejor es seguir las órdenes del médico para garantizar una recuperación lo más rápida posible. Si has sufrido una hemorragia cerebral y sigues teniendo complicaciones derivadas del suceso, considera la posibilidad de ponerte en contacto con el centro AICA de tu localidad para que te ayuden a recuperarte.