Cuando los tejidos blandos situados en el hombro se distienden o se dislocan, nuestros cirujanos ortopédicos de Atlanta pueden sugerir una intervención quirúrgica. La cirugía se recomienda para corregir el daño que pueda haberse producido en la estructura del hombro o para tensar zonas que puedan haberse estirado debido a un uso excesivo.
Lesiones de hombro que requieren cirugía
A los jóvenes atletas que sufren frecuentes luxaciones por lanzar una pelota o incluso por chocar con otra persona en el deporte, se les puede recomendar la cirugía para corregir el daño causado por la lesión deportiva. Los cirujanos ortopédicos suelen sugerir la cirugía porque permitirá que el deportista tenga una estabilidad articular más fuerte y disminuirá la posibilidad de futuras luxaciones.
Lo mejor de algunas de estas cirugías es que pueden realizarse de forma mínimamente invasiva, lo que significa que el paciente tendrá un tiempo de recuperación más rápido y pasará menos tiempo en el hospital.
Cirugía artroscópica de hombro
El objetivo último al reparar un hombro dislocado es tensar y reparar los tejidos dañados. Los ligamentos y tendones, debido a la luxación o, en algunos casos, a muchas luxaciones, sufren estiramientos y desgarros, que pueden provocar dolor en el hombro. También puede ser necesario reparar un desgarro del labrum, que es el anillo de cartílago que rodea la cavidad del hombro y estabiliza el húmero.
Nuestra cirujanos ortopédicos de Atlanta utilizan un abordaje artroscópico, que permite realizar pequeñas incisiones, lo que reduce el riesgo de causar daños a los tejidos circundantes.
Este tipo de abordaje utiliza un instrumento delgado, del tamaño de un lápiz, llamado artroscopio, que se introduce en la articulación a través de una pequeña incisión. El artroscopio tiene una cámara de vídeo y una luz en un extremo y envía un vídeo en directo del interior del hombro a un monitor cercano. Esto permite al cirujano tener una visión clara del interior de la articulación, y puede ampliarse muchas veces para mostrar detalles minúsculos en los huesos, tendones, ligamentos y labrum.
Tras colocar el artroscopio, el cirujano introduce pequeñas herramientas quirúrgicas a través de otra pequeña incisión. Utilizando el vídeo como guía, el cirujano recoloca un ligamento o labrum desgarrado en el hueso.
Este tipo de cirugía se realiza con anestesia general y, además, los cirujanos utilizan un bloqueo nervioso para impedir que las señales nerviosas causen dolor al hombro. Este tipo de bloqueo nervioso puede ayudar a evitar el dolor en el hombro durante unas 10-12 horas.
Con la artroscopia, los pacientes pueden someterse a la intervención y volver a casa el mismo día. Se recetarán medicamentos para controlar el dolor durante la primera o las dos primeras semanas, y luego los médicos empezarán a destetar al paciente de los medicamentos sin receta.
El brazo y el hombro se inmovilizarán mediante el uso de un cabestrillo para favorecer la cicatrización durante unas 4-6 semanas, mientras se curan los tejidos blandos. Prepárate para reunirte con tu médico unas dos semanas después de la intervención para una cita postoperatoria.
Para recuperar toda la amplitud de movimiento, nuestro equipo de médicos suele recomendar empezar la fisioterapia unas seis semanas después de la intervención, durante un periodo de entre tres y seis meses, para garantizar que los músculos recuperan su potencial óptimo.
Cirugía abierta de hombro
Si hay dolor y debilidad en el hombro y ya se ha intentado la cirugía artroscópica, así como cambios en la forma de los huesos de la articulación, puede recomendarse la cirugía abierta. Con este enfoque, se realiza una única incisión en lugar de varias pequeñas incisiones, y el cirujano reparará los tendones, ligamentos o el labrum dañados.
Para reparar la pérdida de hueso en la cavidad glenoidea causada por lesiones repetidas, el cirujano toma un trozo de hueso vivo, llamado injerto óseo, de otra parte del cuerpo -normalmente de la parte superior del hueso de la cadera- y le da forma para que encaje en el borde de la cavidad glenoidea y cree una cavidad más profunda. Con el tiempo, el injerto óseo acaba conectándose al hombro y formando hueso sólido. Este injerto permite que el hombro tenga estabilidad, además de mantener el hueso del brazo en el lugar correcto.
Con este tipo de cirugía, algunos pacientes pueden recibir el alta hospitalaria el mismo día, mientras que otros pueden necesitar permanecer una o dos noches en el hospital para controlar el dolor. En el caso de los que deben pasar la noche ingresados, las enfermeras trabajan con el paciente para mantener bajos los niveles de dolor y mantenerlo cómodo tras la intervención con analgésicos.
Al someterte a una operación abierta de hombro, se te inmovilizará el brazo con un cabestrillo durante unas dos a seis semanas después de la operación para ayudar a que todo cicatrice correctamente. Cuando comas y duermas, podrás quitarte el cabestrillo, pero cuando realices cualquier otra actividad, deberás llevarlo puesto para asegurarte de que todo cicatriza correctamente. Las visitas de seguimiento suelen tener lugar hacia el décimo día, y el cirujano revisará el lugar de la incisión y comprobará si la articulación está cicatrizando adecuadamente, y lo más probable es que en esta cita te informen más sobre la fisioterapia.
Lo más probable es que se sugiera fisioterapia durante seis a ocho semanas. El calor y el masaje son técnicas estándar utilizadas por los terapeutas para ayudar a minimizar el dolor y reducir la inflamación. Cuando el dolor empiece a disminuir, el equipo de fisioterapia pondrá en práctica ejercicios más extenuantes para ayudar a aumentar la amplitud de movimiento y la flexibilidad.
Nuestro equipo de médicos ortopédicos de Atlanta es experto en su oficio para ofrecerte los mejores procedimientos de vanguardia para tu cirugía de luxación de hombro en Atlanta. Si quieres saber más sobre cómo podemos ayudarte a recuperar una mayor amplitud de movimiento y a reducir tu nivel de dolor, ponte en contacto con nosotros hoy mismo en el (404) 855-2141.