Aunque los dolores de cabeza son una dolencia muy común con la que todo el mundo se ha enfrentado alguna vez, muchos no se dan cuenta de cuántos tipos de dolores de cabeza existen. Todo, desde la localización del dolor hasta cómo se siente, puede variar en función de la causa del dolor de cabeza, y esta información puede ser crucial para comprender si existe una causa grave del trastorno. Cualquier dolor en cualquier región de la cara, la cabeza o el cuello se considera técnicamente un dolor de cabeza, pero ¿qué causa exactamente el tipo de dolor que se produce en el cuello y la nuca? Sigue leyendo para comprender este fenómeno y qué tipo de tratamiento del dolor de cabeza es el adecuado para estos síntomas.
Tipos de dolores de cabeza
En términos generales, un dolor de cabeza es cualquier dolor que se origine en la cara, la cabeza o el cuello. Sin embargo, la Sociedad Internacional de Cefaleas clasifica más de 150 tipos de dolores de cabeza que puede sufrir una persona, con tres categorías principales. Éstas son:
- Las cefaleas primarias son dolores de cabeza sin una causa subyacente clara. Pueden deberse a un exceso de actividad o a un esfuerzo, como el dolor de cabeza que se produce al dormir en una postura extraña. No suelen ser potencialmente mortales ni muy preocupantes, pero pueden afectar a la calidad de vida. Las cefaleas primarias incluyen las cefaleas tensionales, las migrañas y las cefaleas en racimo.
- Las cefaleas secundarias son consecuencia de afecciones médicas subyacentes, como infecciones, lesiones, tumores, hemorragias cerebrales o incluso causas potencialmente mortales. Algunos ejemplos son la cefalea sinusal o la cefalea por uso excesivo de medicamentos.
- Otros dolores de cabeza son las cefaleas, el dolor facial y el dolor que afecta a los 12 nervios craneales que no entran en las otras categorías. Un ejemplo es la cefalea del trigémino.
Cada una de estas categorías puede tratarse de forma diferente según cómo se presenten y cómo afecte a la persona.
Dolores de cabeza en la nuca y el cuello
Ciertos tipos de dolores de cabeza son más propensos a causar dolor en la parte posterior de la cabeza y en el cuello que otros. Por ejemplo, una cefalea sinusal causará dolor en los senos paranasales, que se sitúan en la parte frontal de la cara: es poco probable que el dolor de cuello sea consecuencia de una cefalea sinusal. A continuación se indican algunos tipos de cefaleas que suelen asociarse con dolor en la parte posterior de la cabeza y el cuello.
Cefaleas tensionales
La causa más frecuente de dolor en la parte posterior de la cabeza es la cefalea tensional. Estas cefaleas pueden durar entre 30 minutos y siete días y suelen asociarse a presión o tensión en la parte posterior de la cabeza. La sensación de tensión puede extenderse hasta la parte frontal de la cabeza y puede variar de leve a grave.
Las cefaleas tensionales pueden ser una respuesta a cuestiones situacionales, como dormir con el cuello en una posición extraña, o a factores más crónicos del estilo de vida. El estrés intenso, la fatiga, la falta de sueño, saltarse comidas, las malas posturas y la falta de hidratación suelen asociarse a un aumento de las cefaleas tensionales.
Los tratamientos habituales de las cefaleas tensionales incluyen modificaciones del estilo de vida, analgésicos, masajes y técnicas relajantes como la meditación. Los dolores de cabeza ocasionales de esta categoría no son motivo de preocupación, pero los dolores de cabeza recurrentes o graves deben comunicarse a un médico.
Migraña
Las migrañas, una forma de dolor de cabeza recurrente, suelen empezar en la infancia y aumentar su frecuencia con el tiempo. Aunque son más frecuentes en las mujeres, cualquier persona puede padecer migraña. Se caracterizan por dolor intenso en un lado de la cabeza, náuseas o vómitos y alteraciones visuales. También es frecuente experimentar sensibilidad al sonido, al gusto y a la luz, o que el dolor empeore con la actividad física. El dolor puede durar desde un par de horas hasta varios días.
No se conoce la causa exacta de la migraña, pero a menudo pueden desencadenarse en personas propensas al estrés emocional y físico o a cambios en la dieta, así como a ciertos medicamentos. Para controlar el dolor suelen utilizarse analgésicos y descansar en una habitación oscura, mientras que algunas modificaciones del estilo de vida y medicamentos como los triptanos pueden ayudar a controlar la afección a más largo plazo.
Uso excesivo de medicación o cefaleas de rebote
Cuando una persona toma demasiados analgésicos, puede desarrollar una cefalea por sobreuso de medicación. Éstas suelen comenzar tras dejar de tomar analgésicos y se caracterizan por un dolor de cabeza persistente e intenso. Otros síntomas pueden ser náuseas, fatiga, ansiedad, irritabilidad, inquietud, problemas de concentración, pérdida de memoria o incluso depresión.
El mejor tratamiento para estos dolores de cabeza es dejar de tomar el analgésico por completo. Los dolores de cabeza empeorarán al principio y se resolverán rápidamente, aunque esto debe hacerse bajo la supervisión de un médico. Algunas personas pueden necesitar también terapia física o conductual para romper la adicción a la medicación.
Neuralgia occipital
Este dolor de cabeza, poco frecuente pero intenso, suele comenzar en la base del cuello, extendiéndose hasta la parte posterior de la cabeza y detrás de las orejas. Se produce cuando hay daño o irritación de los nervios occipitales, que suben por la nuca hasta la base del cuero cabelludo. Este daño e irritación nerviosos pueden deberse a enfermedades subyacentes, tensión en el cuello o factores desconocidos. Las causas más frecuentes pueden ser lesiones de la columna vertebral, tumores, lesiones nerviosas causadas por la diabetes, inflamación de los vasos sanguíneos o infección.
El dolor de la neuralgia occipital se describe como intenso, con sensación de quemazón o punzante. Suele estar en un lado de la cabeza y empeora con el movimiento del cuello. Los pacientes también pueden experimentar sensibilidad a la luz.
Las opciones de tratamiento pueden incluir reposo, masajes, terapia de calor, fisioterapia y el uso de analgésicos con propiedades antiinflamatorias. En casos más graves, pueden utilizarse medicamentos como relajantes musculares, inyecciones de bloqueo nervioso, inyecciones de esteroides y anestesia local. En casos raros puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reducir la presión sobre los nervios o bloquear los impulsos de dolor a esta parte del cuerpo.
Dolores de cabeza inducidos por el ejercicio
La actividad física estresante puede provocar dolores de cabeza, que suelen empezar inmediatamente después de dejar de hacer ejercicio. Pueden sentirse como un dolor punzante a ambos lados de la cabeza, que dura de cinco minutos a dos días. Una cefalea inducida por el ejercicio puede ser un hecho aislado provocado por cosas como levantar pesas, correr, mantener relaciones sexuales o incluso hacer fuerza en el retrete.
El tratamiento puede incluir tomar analgésicos antes de hacer ejercicio, evitar las actividades que desencadenan un episodio, mantener una dieta sana y equilibrada y dormir lo suficiente.
Cefalea cervicogénica
El dolor que procede del cuello pero se siente en la cabeza se conoce como cefalea cervicogénica. Suelen ser consecuencia de una lesión, como un latigazo cervical o un pinzamiento nervioso, aunque también pueden deberse a una fractura de cuello, un esguince o la artritis.
El dolor de una cefalea cervicogénica suele estar en un solo lado de la cabeza, y el dolor suele empezar en la parte inferior del cráneo, subiendo por un lado de la cabeza. También es frecuente la rigidez de cuello y las molestias al girar la cabeza. Estornudar o toser puede empeorar los síntomas.
El tratamiento de estos dolores de cabeza consiste en tratar la lesión en sí, a menudo mediante cuidados quiroprácticos y fisioterapia, aunque puede ser necesaria una mayor intervención en el caso de lesiones más graves. Una vez que el cuello ha recuperado fuerza y flexibilidad, el dolor suele aliviarse sin dolores de cabeza duraderos ni otros síntomas.
Otras causas de dolor de cabeza
Además de estos tipos específicos de dolor de cabeza, hay algunos factores de riesgo y consideraciones generales que pueden ayudarte a comprender qué puede estar causando tus síntomas.
Enfermedades y lesiones: Es probable que enfermedades comunes como resfriados, fiebres e infecciones víricas provoquen dolores de cabeza que pueden manifestarse en la parte posterior de la cabeza. Si has tenido una caída o un accidente de coche que te haya provocado un golpe en la cabeza, esto también puede ser una explicación para el dolor de cabeza y debe comprobarse.
El estrés: El estrés emocional y la depresión pueden causar dolor de cabeza. Estas situaciones también pueden causar comportamientos que provocan dolores de cabeza, como el consumo de alcohol, saltarse comidas y cambios en los patrones de sueño.
Entorno: Muchos dolores de cabeza se desencadenan por los estímulos sensoriales del entorno. El humo de tabaco ajeno y los olores fuertes, como los de productos químicos domésticos o perfumes, son ejemplos frecuentes. Ciertos alimentos y alérgenos también pueden ser desencadenantes para algunas personas. También se sabe que el estrés, la contaminación, el ruido, la iluminación y los cambios meteorológicos provocan dolores de cabeza a las personas propensas a padecerlos, sobre todo migrañas.
La genética: La tendencia a padecer dolores de cabeza, sobre todo migrañas, puede ser hereditaria. La mayoría de los niños y adolescentes que padecen migrañas tienen otros familiares que las sufren.
Cuándo buscar atención médica
Muchos tipos de dolores de cabeza son frecuentes, y experimentarlos ocasionalmente o en respuesta a un desencadenante no es motivo de preocupación. Sin embargo, cualquier dolor intenso o recurrente es señal de que debes buscar atención médica para descartar causas más graves y encontrar formas de controlar el dolor.
Siempre debes llamar a tu médico si
- El dolor de cabeza es intenso o repentino
- El dolor empeora con el tiempo
- Experimentas cambios de personalidad o de humor
- Tienes fiebre junto con el dolor de cabeza
- Notas confusión o problemas de memoria
- Te sientes perezoso
- Se produce dolor en la mandíbula, problemas de visión o dolor en el cuero cabelludo
Diagnosticar la causa de los dolores de cabeza
Comprender el tipo exacto de dolor de cabeza que padeces y sus posibles causas puede ayudarte a iniciar un plan de tratamiento que reduzca o elimine tu dolor. El primer paso para encontrar este diagnóstico es hablar con un médico sobre tus dolores de cabeza. Te preguntará sobre tus síntomas: cuanta más información puedas proporcionarle, mejor podrá comprender tus preocupaciones. Todo lo que puedas compartir sobre qué causa el dolor de cabeza, cómo se siente, qué lo ayuda o lo empeora y los antecedentes familiares será importante.
La mayoría de las veces, las pruebas diagnósticas no serán una parte importante para encontrar la causa de tus dolores de cabeza. A menos que estén causados por una lesión o afección visible y definida que aparezca en los escáneres, no aportarán mucha claridad. Sin embargo, tu médico puede solicitar una tomografía computarizada o una resonancia magnética para buscar determinados problemas o descartar afecciones subyacentes. También pueden realizar exámenes neurológicos básicos de tu estado mental, fuerza motora, visión y reflejos para evaluar tu función nerviosa general.
Una exploración que puede utilizarse es una ARM, o angiografía por resonancia magnética. Es similar a una resonancia magnética y sirve para ver los vasos sanguíneos del cerebro, lo que puede poner de relieve cualquier factor que restrinja o aumente el flujo sanguíneo. Estas obstrucciones pueden desencadenar dolores de cabeza y, si pueden identificarse, pueden abordarse mediante medicación y procedimientos como un bloqueo nervioso. Normalmente se realiza una ARM cuando otros métodos no han conseguido identificar la causa de las cefaleas.
En el caso de una cefalea secundaria, el objetivo es tratar el problema subyacente, más que las propias cefaleas. Pero en el caso de una cefalea primaria, comprender el tipo de cefalea puede ayudarte no sólo a controlar los síntomas, sino también a entender las causas de los episodios, de modo que puedas reducir o eliminar el número de cefaleas que se producen.
Tratamiento del dolor de cabeza
La forma de tratar una cefalea dependerá en gran medida de la causa exacta del dolor de cabeza, de cualquier afección relacionada y de tus objetivos y pronóstico. El tratamiento del dolor de cabeza puede dividirse generalmente en 4 categorías:
- Rescate
- Prevención
- Modificaciones del estilo de vida
- Estrategias de medicina complementaria
Rescate
Cuando empieza o ha empezado un dolor de cabeza, encontrar una forma de controlar el dolor se conoce como rescate. Puede ser una combinación de medicación y otros métodos que reduzcan los síntomas o impidan que empeoren. Por ejemplo, quienes padecen migrañas suelen encontrar un espacio fresco y oscuro donde descansar y evitar la mayor cantidad posible de estímulos sensoriales. Aunque esto no invierte el dolor de cabeza ni elimina el dolor, aborda la sensibilidad y el dolor que puede causar una migraña y evita cualquier cosa que pueda empeorar la afección.
Algunos pacientes descubren que tomar medicación a tiempo puede impedir que el dolor de cabeza progrese. Esto puede incluir opciones de venta libre, como los AINE o la aspirina, así como medicamentos recetados. El Toradol es una inyección autoadministrada que puede tratar las cefaleas agudas, y en algunos casos también pueden utilizarse corticoesteroides.
Las tácticas de rescate también pueden consistir en intentar detener los síntomas acompañantes, como las náuseas. Se suelen recetar triptanes a los migrañosos para reducir las náuseas y los vómitos durante un episodio.
Prevención
Prevenir las cefaleas puede significar cosas distintas según el tipo de dolor de cabeza. Evitar los desencadenantes conocidos puede ser una forma de prevenir los dolores de cabeza, al igual que tratar las afecciones subyacentes que se sabe que causan dolores de cabeza. Es importante comprender estas causas y desencadenantes para crear un plan que prevenga los dolores de cabeza. Esto suele tener más éxito que un plan de rescate, ya que intenta evitar que se produzca el dolor de cabeza, pasando por alto el dolor y otros síntomas.
Puede ser útil llevar un diario de los dolores de cabeza y registrar la duración y los síntomas de cada uno de ellos. Cuando se produzca uno, anota lo que has hecho ese día, lo que has comido y cualquier cosa inusual del entorno. Con el tiempo puedes intentar identificar patrones que puedan contribuir a ello.
Modificaciones del estilo de vida
Incluso cuando no existe una enfermedad subyacente conocida, muchos pequeños cambios en el estilo de vida pueden suponer una gran diferencia en cuanto a los dolores de cabeza. Esto también puede utilizarse como un proceso de eliminación para ayudar a determinar qué provoca o no un dolor de cabeza.
Algunos ejemplos de modificación del estilo de vida que pueden ayudar con los dolores de cabeza son:
- Evitar el uso excesivo de medicamentos
- Dormir lo suficiente
- Dormir en posición neutra
- Comer regularmente
- Practicar una actividad física regular
- Reducir el estrés
- Reducir o eliminar la cafeína
- Moderar la ingesta de alcohol
- Dejar de fumar
- Practica una buena postura
- Evita el tiempo frente a la pantalla y utiliza gafas de luz azul cuando estés frente a una pantalla
- Asegúrate de que tienes la graduación correcta y utiliza gafas o lentillas según sea necesario
- Si tienes el pelo largo, evita las coletas o trenzas apretadas
- Bebe mucha agua, especialmente antes de beber alcohol
- Corta la cafeína y otras sustancias lentamente para evitar el síndrome de abstinencia
Estrategias de medicina complementaria
Aunque no existe un único procedimiento médico que pueda aliviar todos los dolores de cabeza, existen diversos tratamientos que pueden ayudar a abordar la causa originaria o aliviar los síntomas.
Cuando el dolor está causado por una lesión o dolencia física, la atención quiropráctica y la fisioterapia pueden ser útiles. Al garantizar que la columna vertebral está alineada y que los músculos del cuello están fuertes, estas prácticas ayudan a prevenir el dolor y la cefalea como consecuencia de lesiones y debilidad. Esto es especialmente aplicable si algo como el latigazo cervical está contribuyendo al dolor.
También puede ser necesario un tratamiento neurológico, sobre todo en casos de daños como la neuralgia occipital.
Tratar la espalda y el cuello para el dolor de cabeza
No todos los dolores de cabeza están relacionados con el cuello y la columna vertebral, pero a menudo son factores contribuyentes. Asegurarse de que la columna vertebral, incluida la cervical, está correctamente alineada y es capaz de realizar la importante labor de sostener la cabeza es una forma de evitar los dolores de cabeza. La fisioterapia y los ajustes quiroprácticos constantes pueden ayudar a garantizar que el cuello esté fuerte, que tu postura esté optimizada y que el cuerpo sea capaz de combatir cualquier problema de salud adicional que pueda contribuir a los dolores de cabeza.
En Ortopedia AICA, nuestro equipo holístico de expertos se dedica a garantizar que encuentres alivio. Fisioterapeutas, quiroprácticos, neurólogos, traumatólogos, especialistas en el tratamiento del dolor y otros profesionales trabajarán juntos para identificar los factores que contribuyen a ello y desarrollar un plan personalizado basado en tus necesidades y objetivos. Ponte en contacto con Ortopedia AICA hoy mismo para concertar tu primera cita y empezar a encontrar alivio.