Hay muchas opiniones diferentes sobre la marcha descalza, ya que esta actividad tiene tanto beneficios como riesgos. La ventaja más comúnmente aceptada de caminar descalzo es que, en teoría, caminamos siguiendo un patrón o forma de andar “natural”.
Calzado adecuado
Sin zapatillas, solemos dar zancadas más cortas, lo que nos permite tener un mayor control de la posición del pie al tocar el suelo. Además, un modo de andar más natural nos ayuda a mantener una amplitud de movimiento saludable en las articulaciones del pie y del tobillo, así como a fortalecer y estabilizar los músculos y ligamentos.
Preocupa el modo en que el calzado altera nuestra forma de andar, lo que puede provocar fuerzas y tensiones más fuertes en nuestras extremidades inferiores, especialmente en el pie y el tobillo. Por último, un zapato mal ajustado puede constreñir, causar juanetes, dedos en martillo u otras deformidades.
¿Cuáles son los peligros?
Aunque caminar descalzo parece lo ideal, hay que tener en cuenta algunos riesgos. Como en muchas actividades, es importante tener la fuerza adecuada.
Sin esto, existe el riesgo de una mala mecánica de la marcha que conlleve un mayor riesgo de lesiones. Esto es extremadamente importante para el caminante descalzo principiante.
Aunque el calzado puede provocar cambios en la forma de andar y deformidades, un zapato bien ajustado puede permitir una forma de andar natural y proporcionar un apoyo estructural y un acolchado eficaces.
Aunque sea más natural caminar descalzo, hay que tener en cuenta el entorno en el que se camina. Sin el acolchado y la protección del calzado, corremos un mayor riesgo de sufrir lesiones por el terreno, especialmente en superficies húmedas o rugosas.
La temperatura, ya sea demasiado fría o demasiado caliente, también puede ser un factor. Además, no olvidemos el riesgo de pisar objetos afilados, como cristales.
¿Cómo puedes caminar y hacer ejercicio descalzo correctamente?
Si no estás acostumbrado a caminar descalzo, tienes un mayor riesgo de lesionarte. Si quieres probar las actividades descalzo, la clave es participar de forma controlada y segura.
Estas actividades deben incorporarse gradualmente a lo largo del tiempo para dejar que el pie y el tobillo se fortalezcan y se adapten al nuevo método. Además, debe hacerse hincapié en encontrar superficies adecuadas, como hierba, suelo blando o una pista de atletismo para todo tipo de clima, que se adapten al pie.
Por último, al igual que un bebé, aprende a andar antes de correr. No deben intentarse actividades más extenuantes hasta que se haya dedicado un tiempo considerable a preparar y fortalecer el pie. Llama hoy a nuestras oficinas marcando el (404) 855-2141 para hablar con un médico ortopédico de Atlanta sobre las prácticas seguras de correr descalzo.