La neurología es una especialidad médica que se centra en el diagnóstico y tratamiento de las afecciones que afectan al cerebro y al sistema nervioso, incluida la médula espinal, los vasos sanguíneos, los músculos y los nervios. Cuando necesitas este tipo de servicios, hay dos médicos a los que te pueden enviar: un neurólogo y un neurocirujano. Ambos profesionales tratan el sistema nervioso, pero ¿cuál es la diferencia? Antes de visitar a un neurocirujano o a un neurólogo en Atlanta, es importante que sepas qué especialista es mejor para tu caso.
¿Qué es un neurólogo?
Según la definición de la Academia Americana de Neurología, un neurólogo es un médico especializado en el diagnóstico, tratamiento y control de afecciones cerebrales y del sistema nervioso. Estos médicos utilizan una serie de pruebas diagnósticas como electroencefalogramas (EEG), resonancias magnéticas (RM) y tomografías asistidas por ordenador (TAC) para identificar posibles afecciones neurológicas. Un neurólogo puede tratar esta categoría en general o centrarse en áreas específicas como problemas de aprendizaje, trastornos del neurodesarrollo, tratamiento del dolor u otras afecciones crónicas.
Muchas afecciones neurológicas requieren cuidados continuos, incluso potencialmente de por vida. Puede tratarse de dolores de cabeza crónicos, trastornos del sueño, temblores, epilepsia, enfermedad de Alzheimer o esclerosis múltiple. Si tú o un ser querido padecéis estas enfermedades, el neurólogo será tu médico de cabecera, aunque puede colaborar con otros profesionales para controlar tu salud general.
Un neurólogo de Atlanta, como cualquier médico, cursa cuatro años de estudios premédicos en la universidad, cuatro años en la facultad de medicina, un año de prácticas y al menos tres años de formación especializada en un programa de residencia de neurología. Si tienen otra especialidad, también pueden recibir formación adicional.
¿Qué es un neurocirujano?
El Colegio Americano de Cirujanos define al neurocirujano como un médico que diagnostica y trata afecciones del cerebro, la columna vertebral y el sistema nervioso mediante tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos, en función de las características específicas de la lesión o enfermedad. Este amplio conocimiento de las enfermedades neurológicas hace que los neurocirujanos sean solicitados a menudo como consulta por otros profesionales médicos.
Lo más probable es que se recurra a un neurocirujano cuando un paciente ha sufrido algún tipo de traumatismo en el cerebro o la columna vertebral, aneurismas, tumores, defectos congénitos u otros problemas nerviosos. Algunos neurocirujanos también te informan sobre cómo saber si padeces el síndrome del túnel carpiano y cómo tratarlo. Aunque pueden tratar afecciones que no requieren cirugía, su práctica principal suele implicar una intervención quirúrgica. Es probable que un neurocirujano trabaje contigo antes y después de la intervención quirúrgica, pero no suele prestar atención continuada.
Los neurocirujanos reciben la misma formación que un neurólogo, más una residencia de cinco a siete años. Al cabo de ese tiempo, cualquiera pasará a realizar una beca que le permita especializarse en un determinado tipo de cirugía, como la espinal, la pediátrica o la de los nervios periféricos.
Principales diferencias
Aunque el tratamiento médico tiene muchas cualidades que se solapan, los neurólogos y los neurocirujanos siguen teniendo grandes diferencias que es importante comprender.
La neurocirugía está estrechamente ligada a la neurología porque ambas requieren un conocimiento especializado y profundo del sistema nervioso y sus funciones. Ambos campos pueden realizar pruebas complejas para controlar el cerebro y hacer un diagnóstico, y ambos pueden realizar algunos procedimientos mínimamente invasivos cuando es necesario.
Sin embargo, los neurólogos no pueden realizar intervenciones quirúrgicas. En su lugar, se centran en descubrir afecciones neurológicas de diagnóstico específico que pueden corregirse o que requerirán tratamiento. Si un neurólogo de Atlanta descubre un diagnóstico que puede requerir cirugía, te remitirá a un neurocirujano para que elimine o corrija la afección o mejore tu pronóstico. Ese neurocirujano realizará la intervención, controlará el seguimiento y, después, un neurólogo seguirá encargándose de tu atención a largo plazo.
¿A quién debo consultar?
En la mayoría de los casos, empezarás por consultar a un neurólogo. Podrá realizar diagnósticos y evaluaciones para determinar la causa de tus problemas y explorar opciones de tratamiento menos invasivas. Tu neurólogo será un miembro clave de tu equipo sanitario durante un largo periodo y debe tener toda la información de fondo necesaria. En función de lo que descubra tu neurólogo, puede remitirte a un neurocirujano de su confianza. Ambos podrán entonces trabajar juntos para determinar el mejor curso de acción para tu recuperación.
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