Una luxación de cadera se produce cuando la bola de la articulación de la cadera es empujada fuera de la cavidad. Suele producirse por un accidente de coche, una caída de gran impacto, una lesión laboral o una lesión deportiva. Una cadera luxada debe tratarse rápidamente para evitar graves problemas a largo plazo como consecuencia de la lesión. Si crees que puedes tener una cadera luxada, es importante que busques atención urgente. También te invitamos a ponerte en contacto con AICA para asegurarte de que recibes cualquier atención adicional que puedas necesitar y un plan de tratamiento eficaz para tu luxación de cadera.
Causas de una cadera luxada
Se necesita una fuerza considerable para empujar la articulación de la cadera fuera de su sitio. Una cadera luxada suele estar causada por una lesión traumática, como un accidente de tráfico. Los accidentes de automóvil son la causa más frecuente de luxación traumática de cadera, y suelen producirse cuando la rodilla golpea el salpicadero durante la colisión. La fuerza impulsa el muslo hacia atrás, sacando la cabeza esférica del fémur de la cavidad de la cadera.
Además de los accidentes de tráfico, la luxación de cadera también puede deberse a una lesión laboral, una lesión deportiva o una caída importante. Las luxaciones de cadera suelen ir asociadas a lesiones secundarias, como fracturas de pelvis, piernas o espalda, así como lesiones de nervios y vasos sanguíneos.
Las personas con displasia de cadera, una anomalía en la que el fémur no encaja con la pelvis como debería, son más propensas a la luxación de cadera, ya que se necesita mucha menos fuerza para dislocar la articulación de la cadera. Quienes se han sometido a una artroplastia de cadera también tienen mayor riesgo de luxación de cadera por actividades ordinarias, como intentar ponerse de pie tras sentarse en una silla baja, agacharse por la cintura, dormir de lado y cruzar las piernas al sentarse o levantarse. Una prótesis de cadera más probable que se luxe en el plazo de un mes después de la operación de prótesis de cadera.
Prevenir una luxación de cadera
Dado que los accidentes de automóvil son la causa más frecuente de luxación de cadera, es importante tomar precauciones de seguridad cuando se viaja en coche. Debes llevar siempre puesto el cinturón de seguridad. Cuando practiques deportes de contacto, debes llevar siempre el equipo de protección adecuado. También es importante tomar precauciones al utilizar una escalera u otro equipo en el lugar de trabajo.
Eres más propenso a dislocarte la cadera si te la has dislocado anteriormente. Fortaleciendo los músculos de la cadera mediante fisioterapia y ejercicio, puedes ayudar a reforzar la articulación de la cadera. También es importante que los niños con displasia de cadera reciban un tratamiento adecuado mientras su esqueleto sigue creciendo, para evitar la luxación en el futuro. Otros factores que predisponen a la luxación de cadera son los antecedentes de cirugía repetida de cadera, la edad de 70 años o más y las enfermedades neuromusculares.
Síntomas de una cadera luxada
Normalmente, con una cadera luxada, lo primero que notarás es que la pierna está bloqueada en una posición fija, girada hacia dentro o hacia fuera. La mayoría de las veces, la articulación de la cadera se sale hacia atrás de la cavidad, dejando la rodilla y el pie apuntando hacia dentro. Este tipo de luxación se denomina luxación posterior. Si la cadera es empujada hacia delante fuera de la cavidad, la rodilla y el pie apuntarán hacia fuera, lo que da lugar a una luxación anterior. Como los ligamentos anteriores son más fuertes, los traumatismos de cadera provocan una luxación posterior en el el 90% de los casos.
La pierna rotada puede parecer más corta o más larga que la otra. También puedes ver decoloración o hinchazón en la cadera o que ésta no está alineada. Otros síntomas de la luxación de cadera son dolor agudo, espasmos musculares, incapacidad para mover la pierna, incapacidad para soportar peso sobre la pierna y pérdida de sensibilidad en la cadera o el pie.
Complicaciones de una cadera luxada
La luxación de cadera puede dañar potencialmente los nervios cercanos. Este daño puede tener consecuencias a largo plazo, como la ciática. La cadera luxada puede afectar al nervio ciático, que va desde la parte baja de la espalda, pasando por la cadera y bajando por la pierna, hasta el pie y los dedos. El daño al nervio ciático puede mermar tu capacidad de flexionar los pies.
Además de dañar los nervios, una cadera luxada también puede dañar los vasos sanguíneos y el tejido. Si se daña la arteria femoral al dislocarse la cadera, puede afectar al suministro de sangre a tu hueso. Si se corta la sangre, el tejido óseo empieza a morir. También pueden producirse pequeñas fracturas, que destruyen la integridad de tu hueso, provocando osteonecrosis.
La artritis es otra consecuencia potencial de una cadera luxada. La cadera luxada puede dañar el cartílago de la cavidad que amortigua la rótula, así como el anillo cartilaginoso que rodea la articulación. Esto puede provocar artritis, así como aumentar la posibilidad de necesitar una prótesis de cadera en el futuro.
Diagnóstico de una cadera luxada
Es probable que tu médico pueda diagnosticarte la cadera luxada con sólo mirarla, pero aun así realizará una evaluación para comprobar si hay alguna lesión relacionada. Pueden utilizar pruebas de imagen como tomografías computarizadas o radiografías para detectar cualquier fractura antes de corregir la cadera luxada. La resonancia magnética puede utilizarse para identificar lesiones de tejidos blandos y cuerpos cartilaginosos que siguen causando problemas asociados a una luxación de cadera. Dado que las lesiones secundarias son frecuentes en la luxación de cadera, pueden ser necesarias pruebas adicionales, sobre todo si hay una pérdida importante de sangre debida a la lesión de los vasos femorales.
Tratamiento de una cadera luxada
Tu profesional sanitario podrá explicarte las opciones y determinar cuál es la mejor para tratar tu luxación de cadera. Una cadera luxada debe tratarse urgentemente para reducir el riesgo de daños a largo plazo. La corrección de la luxación de cadera tiene más éxito cuando se realiza a las pocas horas de producirse la lesión. La luxación es dolorosa, y la corrección requiere medicación y asistencia. Sólo es seguro realizar la corrección de la cadera después de que el profesional haya determinado si hay lesiones secundarias que requieran una intervención aparte. Las luxaciones de cadera suelen asociarse a lesiones adicionales, como lesiones nerviosas o vasculares. También hay fracturas en el 50% de los casos de luxación de cadera.
Si no hay lesiones secundarias, tu profesional sanitario podrá realizar la reducción de cadera externamente. Esto se hace moviendo físicamente la articulación de la cadera de nuevo a su sitio, lo que requiere una fuerza considerable. Normalmente recibirás alguna combinación de sedantes y anestésicos para reducir los espasmos musculares y el dolor durante el procedimiento.
Si hay lesiones secundarias, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para realizar la reducción de cadera. Durante la operación también pueden tratarse nervios y vasos sanguíneos. También se suele operar cuando se produce una luxación de cadera en un bebé, sobre todo cuando la luxación es consecuencia de una displasia de cadera. Durante la intervención, se puede estabilizar la articulación para evitar nuevas luxaciones en el futuro. También suele recomendarse la cirugía cuando la cadera desplazada es artificial. Puede ser necesario sustituir o reforzar el implante de cadera artificial.
Recuperación de una cadera luxada
Después de una reducción de cadera, tu cadera normalmente tarda de dos a tres meses en curarse completamente. Puede ser incluso más largo si hay fracturas secundarias u otras lesiones. Normalmente, el movimiento de la cadera está limitado durante las primeras semanas tras la intervención, y después suele recomendarse fisioterapia. Algunos pacientes necesitan muletas para caminar durante las primeras semanas, dependiendo de la gravedad de la luxación de cadera.
Mientras dure tu recuperación, puedes tomar precauciones para mantener la cadera centrada en la cavidad, como no sentarte con las piernas cruzadas, no doblar la cintura más de 90 grados al inclinarte o moverte en la cama, y mantener las rodillas y los dedos de los pies apuntando hacia delante cuando te sientes en una silla, camines o estés de pie.
Tu profesional sanitario también puede recomendarte que lleves un corsé ortopédico para la cadera durante el proceso de curación. Es importante que no te quites la férula a menos que tu especialista te diga que puedes hacerlo. También es importante que descanses la cadera todo lo que puedas durante la recuperación. Puede que tengas que cambiar tus actividades para evitar movimientos que irriten la cadera.
También es importante que tomes los medicamentos que te recete el médico exactamente como te los haya prescrito, así como que hagas los ejercicios que te recomiende el médico según las indicaciones. Tu profesional sanitario trabajará contigo para determinar la mejor vía de recuperación para tu luxación de cadera.
Trátate hoy
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