Aunque los choques a alta velocidad pueden ser ciertamente catastróficos, mucha gente no se da cuenta de que los choques a velocidad media, no en carretera, también pueden tener consecuencias devastadoras. Las lesiones por accidente de coche pueden producirse de varias formas, incluso a velocidades más lentas, porque el cuerpo no está hecho para soportar el impacto de ningún tipo de colisión. Como cualquier otro accidente, una colisión a 50 o 60 km/h se produce por etapas que pueden provocar lesiones graves, aunque algunas son más frecuentes que otras. Sigue leyendo para entender cómo se producen estas lesiones y en qué consisten.
Las fases de un accidente de tráfico
Aunque ocurre en una fracción de segundo, en realidad hay tres fases distintas que tienen lugar cuando te ves implicado en un accidente de coche.
La primera etapa se produce cuando el propio vehículo colisiona con otro vehículo o superficie, lo que provoca una deformación. Se trata de una característica de diseño, ya que la deformación se produce para absorber la energía del choque y proteger a los ocupantes de ese impacto. Este daño suele producirse cuando el coche desacelera rápidamente: en un choque a 30 MPH, puede detenerse por completo en tan sólo una décima de segundo.
Una vez que el vehículo choca y frena, comienza la segunda fase de la colisión humana. Cualquier persona que se encuentre en el interior del vehículo avanza a la misma velocidad a la que se movía antes del impacto, ya que la inercia continúa su movimiento hasta que algo lo detiene. Esto suele ser un cinturón de seguridad, aunque puede ser una ventanilla o el salpicadero si no están sujetos. Un cinturón de seguridad también puede absorber parte de la energía del choque y minimizar las lesiones, incluso en un vehículo que se mueva más despacio. Aunque 40 MPH no es una velocidad elevada para muchos coches, es mucho más rápida de lo que el cuerpo humano puede moverse normalmente.
La fase final de la colisión interna puede provocar a menudo la mayoría de las lesiones. Al igual que el cuerpo se mueve, los órganos y tejidos internos se mueven dentro del cuerpo por inercia, incluso cuando el cuerpo exterior empieza a frenarse. Lo único que detiene este movimiento es el contacto con los huesos, los órganos internos y el cráneo. Cuando esto ocurre a gran velocidad, pueden producirse lesiones internas y hemorragias.
Lesiones en una colisión a velocidad media
Debido a toda la actividad que se produce a la vez, el cuerpo sigue siendo vulnerable a las lesiones por accidente de coche en estos choques a baja velocidad. Aunque éstas son algunas de las lesiones más frecuentes en estas circunstancias, no son las únicas posibilidades. Las lesiones dependen de una serie de factores que van más allá de la velocidad, como dónde se golpea el coche, si se utilizan los cinturones de seguridad adecuados y en qué parte del coche estás sentado en ese momento.
Latigazo cervical: Cuando el cuerpo da una sacudida hacia delante debido a la inercia, los tejidos blandos del cuello y los hombros suelen extenderse más allá de su capacidad natural, lo que provoca distensiones y desgarros conocidos como latigazo cervical. Esto suele ocurrir en colisiones por alcance y otros accidentes en los que uno de los coches está parado, por lo que es más probable que se produzcan a velocidades más bajas que en un accidente en autopista. El latigazo cervical puede provocar mucha rigidez y dolor en el cuello que pueden tardar semanas o meses en resolverse.
Conmociones cerebrales: Cuando se producen colisiones internas, uno de los órganos más vulnerables es el cerebro, que a menudo puede chocar contra el cráneo, provocando una lesión cerebral traumática leve conocida como conmoción cerebral. Aunque las conmociones cerebrales suelen curarse con tiempo y reposo, cualquier lesión en la cabeza es peligrosa y debe evaluarse a fondo para asegurarse de que no hay daños graves.
Lesiones de espalda: La columna vertebral es frágil y puede sufrir impactos a baja velocidad. La fuerza de un impacto suele provocar la compresión de la columna vertebral o de los discos, lo que provoca dolores nerviosos y hernias discales. También es frecuente sufrir dolor lumbar como consecuencia de la presión ejercida sobre las vértebras durante el impacto.
Lesiones por airbag: La mayoría de los airbags se despliegan siempre que el accidente se produce a más de 20 MPH, por lo que a una velocidad de 30-40 es probable que hagan acto de presencia. Los airbags pueden evitar lesiones muy graves, pero en algunos casos causan otras leves. Algunas personas sufren quemaduras en la cara o el cuero cabelludo a causa de los airbags, o incluso fracturas óseas cuando el impacto es lo suficientemente fuerte.
Qué hacer tras un accidente
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