Uno de los mitos más comunes sobre la atención quiropráctica es que, una vez que acudas, te dirán que tienes que ir el resto de tu vida para que pagues más con el tiempo. También preocupa la frecuencia de las citas, si puedes tener demasiadas y cuándo dejan de ser beneficiosas. Aunque la atención quiropráctica funciona mejor cuando se hace con regularidad, no es cierto que los quiroprácticos pidan sesiones interminables cuando no está indicado. La duración de tu tratamiento puede variar en función de si se trata de una afección crónica o de algo agudo, como lesiones por accidente de coche, así como de otros muchos factores.
Planes de tratamiento habituales
El tipo de lesión para la que busques atención y los objetivos personales que tengas para la recuperación influirán en la frecuencia con la que necesites visitar al quiropráctico para realizar ajustes. Pero, por regla general, la mayoría de los planes de tratamiento implicarán ajustes más frecuentes al principio, reduciéndose la frecuencia con el tiempo a medida que el objetivo se convierte en mantenimiento en lugar de reparación.
La mayoría de las lesiones o causas de dolor necesitarán entre cuatro y doce sesiones para conseguir los máximos beneficios y alineación. A partir de ahí, el mantenimiento continuado evitará que reaparezca el dolor y reducirá la posibilidad de que se produzcan otras lesiones si la columna vuelve a desalinearse.
A modo de ejemplo, un régimen para una lesión de cuello o espalda puede parecerse a lo siguiente:
- Semana 1 y 2: Entre 3 y 4 ajustes por semana
- Semana 3 a 10: Entre 2 y 3 ajustes por semana
- A partir de la 10ª semana: Una vez a la semana o cada dos semanas para mantenimiento
Esto es una muestra, y tu plan de tratamiento debe adaptarse a tus necesidades y objetivos exactos.
¿Cuánto dura cada ajuste?
Aunque puede parecer un gran compromiso visitar al quiropráctico varias veces por semana, la buena noticia es que las sesiones son más breves que la mayoría de las citas médicas a las que puedes estar acostumbrado. El primer ajuste puede llevar más tiempo, sobre todo porque incluirá algunos exámenes físicos y puede durar hasta 30 minutos. A medida que observes una mejora en tu salud, verás cómo se reduce el tiempo. La mayoría de las sesiones para tratar tu lesión durarán unos 10 minutos.
En el momento en que utilices los ajustes quiroprácticos para el mantenimiento, los ajustes pueden ser tan breves como 5 minutos cada uno. Es muy frecuente que la gente utilice las pausas del almuerzo o los descansos breves antes del trabajo para hacerse el ajuste.
¿Los ajustes duelen?
Algunas personas dudan en programar varios ajustes porque temen que les duela y sea una experiencia negativa. Un ajuste en sí no es doloroso, aunque si ya tienes dolor, puedes sentirlo exacerbado mientras te ajustan. Informa siempre a tu quiropráctico de cualquier dolor que tengas cuando llegues, para que pueda ajustarte según sea necesario.
Los crujidos o chasquidos asociados a los ajustes pueden asustar a algunas personas, ya que piensan que se les están rompiendo los huesos. Estos sonidos proceden principalmente de la liberación de aire en las articulaciones, o de un ligero movimiento de los huesos al realinearse.
Algunas personas experimentarán dolor después de una sesión, parecido al que se produce tras un masaje o un entrenamiento. Nunca debería ser un dolor insoportable, sino más bien una molestia a medida que el cuerpo se cura y recupera la salud.
¿Es suficiente un ajuste?
A pesar de las recomendaciones de sesiones continuas, algunas personas hacen una sola visita al quiropráctico y esperan que sea suficiente para resolver su problema. Una sola sesión suele provocar cierto alivio y producir resultados inmediatos, aunque no siempre. Sin embargo, lo más probable es que estos resultados sean temporales, y que el mismo problema reaparezca al cabo de unas semanas.
Las sesiones de mantenimiento se centran en el alivio inmediato y en crear una mejor alineación para promover la salud en el futuro. Este mantenimiento sirve para prevenir futuras lesiones o el empeoramiento de la causa inicial del dolor. Especialmente para quienes padecen enfermedades crónicas, las sesiones de seguimiento son la mejor forma de garantizar el control de tus síntomas.
Si te preocupa el compromiso de tiempo o la creación de un horario, los quiroprácticos de Ortopedia AICA trabajarán contigo para crear un plan realista. Para los momentos en que no puedas acudir, también podemos proporcionarte estiramientos y hábitos que te ayudarán a mantener tus progresos en casa entre sesión y sesión. Cualquier cuidado quiropráctico es mejor que ninguno, así que programa hoy mismo tu primera consulta con Ortopedia AICA.