El hombro es una de las articulaciones más importantes del cuerpo. Junto con los músculos, ligamentos y tendones, las articulaciones del hombro unen el brazo a tu cuerpo. El hombro es la articulación más flexible y compleja de todo el cuerpo.
Anatomía del hombro
Tres huesos principales componen el hombro:
- La clavícula
- El omóplato (escápula)
- El hueso del brazo (húmero)
Estos tres huesos trabajan en tándem con más de una docena de tendones, músculos y ligamentos para dar al hombro su amplitud de movimiento y estabilidad. Esta amplitud de movimiento y flexibilidad te permite practicar deportes y realizar muchas actividades cotidianas. Dada la complejidad del hombro y los diversos movimientos y flexibilidades de que es capaz, el hombro es susceptible de sufrir una miríada de lesiones.
Partes del hombro comúnmente reconocidas:
- Manguito de los rotadores: grupo de músculos y tendones que forman un “manguito” protector que rodea y mantiene el húmero en su sitio. El aspecto “rotador” de este término proviene de la función de los músculos de esta articulación. Permiten que el brazo tenga un amplio rango de rotación en el hombro.
- Labrum – compuesto de cartílago que forma un anillo que mantiene el hueso de la parte superior del brazo en su sitio en la articulación del hombro. El músculo bíceps también se une al labrum.
- Cápsula – ligamento que rodea la articulación del hombro
¿Qué es la inestabilidad de hombro?
La inestabilidad del hombro es una enfermedad que afecta a la articulación glenohumeral. Esta articulación es la principal articulación del hombro, el punto de unión del brazo y el cuerpo. Cuando los tendones y ligamentos del hombro se vuelven laxos, se desgarran o se desprenden, el hueso de la parte superior del brazo se desplaza de su sitio, provocando inestabilidad.
La articulación glenohumeral es una articulación esférica, en la que la cabeza del húmero es la esfera y la cavidad es el punto en el que se unen la clavícula y la escápula. La articulación glenohumeral es muy poco profunda y, por tanto, carece de un soporte óseo adecuado, por lo que depende de los ligamentos y tendones para su estabilidad. Como los tendones y ligamentos son más fáciles de lesionar que el hueso, el hombro es más susceptible a las lesiones y la inestabilidad.
Luxación y subluxación
Cuando los tendones o ligamentos están dañados, la cabeza del húmero es propensa a la subluxación o luxación. Los tejidos dañados permiten que el húmero empiece a salirse de la cavidad creada por la escápula y la clavícula. Si el húmero se sale parcialmente de la articulación, se denomina subluxación. Si el húmero se sale completamente de la cavidad, se denomina luxación.
Desgarro Labral
Cuando el labrum se desgarra o se despega de la glenoides, se denomina desgarro labral. Un traumatismo, una luxación o una lesión por movimientos repetitivos pueden causar un desgarro del labrum.
- Desgarro SLAP – Se produce un desgarro del Labrum Superior Anterior a Posterior cuando el desgarro afecta al lugar de fijación del tendón del bíceps en la parte superior del hombro.
- Desgarro de Bankart – Desgarro del labrum que hace que la cabeza del húmero se desplace hacia delante, hacia la parte delantera del cuerpo.
Lesión del manguito rotador
Normalmente acompañadas de un dolor sordo que empeora por la noche, las lesiones del manguito rotador son frecuentes y suelen ser consecuencia del uso excesivo, los movimientos repetidos por encima de la cabeza y la edad. Los factores de riesgo son:
- Edad
- Determinadas ocupaciones
- Deportes
- Historia familiar
¿Qué causa la inestabilidad del hombro?
La inestabilidad del hombro suele estar causada por una lesión grave o un traumatismo directo en el hombro, como una caída, un accidente de coche o una lesión deportiva. El impacto de una caída o colisión puede provocar la dislocación del hombro y dañar el tejido circundante.
Si tu hombro se ha dislocado una vez, tiene más riesgo de dislocarse en el futuro, y es aún más probable si sufres una dislocación antes de los 30 años.
Otras actividades, sobre todo las tareas repetitivas, pueden provocar distensiones musculares o tendinosas. Si los músculos y tendones que rodean la articulación del hombro se debilitan, tu hombro puede sentirse inestable. Sin el descanso y el tratamiento adecuados, esto puede provocar una luxación, subluxación o desgarro de los tendones.
La inestabilidad de hombro es una complicación frecuente de la participación deportiva a largo plazo. La tasa de inestabilidad es mayor en los deportes con poca variedad de movimientos corporales en combinación con la repetición. Los nadadores, levantadores de pesas y tenistas presentan una mayor inestabilidad de hombro que otros deportes.
No todas las inestabilidades de hombro están causadas por un traumatismo. Algunas personas simplemente nacen con tejidos conjuntivos más laxoslo que permite que la luxación o subluxación se produzca espontáneamente o sólo con una lesión menor. Varios trastornos congénitos, como el síndrome de Ehler-Danlos, también pueden provocar inestabilidad articular. Los trastornos convulsivos también pueden provocar una luxación o subluxación, ya que los espasmos musculares pueden ejercer suficiente tensión sobre los tejidos conjuntivos circundantes como para sacar la articulación de su sitio.
Signos y síntomas de inestabilidad de hombro
Si tu inestabilidad está causada por un traumatismo, lo más probable es que lo sepas rápidamente. La inestabilidad debida a uso excesivo, desgarros leves o laxitud puede ser menos evidente visualmente. Signos y síntomas pueden incluir, entre otros
- Dolor, que puede ser agudo y repentino (normalmente traumatismo) o sordo y punzante (crónico o postraumático).
- La sensación de que la articulación cede
- Un chasquido o chasquido al mover la articulación
- Disminución de la amplitud de movimiento
- Hinchazón, que suele acompañar a una luxación o subluxación
- Luxaciones o subluxaciones repetidas o anteriores
- Debilidad
Diagnóstico
Si sufres un traumatismo en el hombro, es importante que te evalúe un médico ortopédico cualificado lo antes posible. Si no te atienden en urgencias, debes concertar una cita para que te evalúen y te traten. Los médicos ortopédicos están a tu disposición en Ortopedia AICA para ayudarte en este proceso.
Examen manual
El primer paso es una exploración física de la articulación. Los signos evidentes de deformidad, hematoma o hinchazón indican los siguientes pasos a dar.
Si no hay una necesidad urgente de diagnóstico por imagen, tu médico puede realizar una de varias pruebas manuales para determinar el grado de inestabilidad o la causa del dolor de hombro. Estas pruebas pueden incluir la palpación de la zona para localizar las áreas de sensibilidad y malestar. También es importante anotar el grado (o la falta) de amplitud de movimiento, fuerza y sensibilidad.
Imágenes
Tras una exploración física, se tomarán imágenes para determinar qué ocurre bajo la piel. Las radiografías se utilizan para ver los huesos y ayudarán a tu médico a diagnosticar la luxación, la subluxación y cualquier fractura asociada. Después de reparar una luxación, se tomará una radiografía de seguimiento para garantizar la posición correcta de los huesos.
Si se sospecha un desgarro de los tendones o ligamentos circundantes, la forma más fiable de diagnóstico por imagen es una resonancia magnética (RM).
Un RM también se utiliza para diagnosticar afecciones del hombro no causadas por traumatismos. Una resonancia magnética puede utilizarse para identificar el origen del dolor en pacientes con dolor crónico de hombro y el estado de los ligamentos y tendones en pacientes con inestabilidad causada por afecciones congénitas. En raras ocasiones se realiza un TAC (tomografía computarizada), pero no es tan frecuente en el diagnóstico de la inestabilidad del hombro.
Tratamiento de la inestabilidad de hombro
Acudir rápidamente al médico en cuanto notes un problema en el hombro es importante para promover una curación eficaz. El tratamiento de la inestabilidad y el dolor de hombro no es una situación de talla única. Nuestro objetivo es aliviar el dolor y las molestias a la vez que fortalecemos el hombro para estabilizarlo. Algunos pacientes no necesitarán más que reposo. Otros pacientes pueden necesitar fisioterapia o un tratamiento más amplio, como la cirugía.
La cirugía suele ser la segunda línea de tratamiento, pero es más frecuente en pacientes que practican deportes y buscan la reparación más segura que les permita volver al campo.
Opciones de tratamiento no quirúrgico
Dependiendo de la gravedad de tu inestabilidad, tu médico de Ortopedia AICA te recomendará una de varias opciones de tratamiento no quirúrgico como primera línea de tratamiento. En caso de luxación o subluxación, se manipulará el húmero para devolverlo a su sitio. Esto requerirá una serie de imágenes de seguimiento para confirmar que el hueso vuelve a estar en el lugar correcto, junto con la rehabilitación de la articulación para garantizar el retorno de la fuerza.
Tras una luxación, subluxación o dolor relacionado con una lesión muscular o tendinosa, lo ideal es descansar, realizar ligeros estiramientos y aplicar hielo antes y después del ejercicio. Esto aliviará los dolores, dará tiempo a la curación y fortalecerá la zona. Si te duele el hombro por uso excesivo de la articulación, también puedes modificar tus actividades diarias para aliviar la presión y la tensión en la zona. Pueden utilizarse antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para disminuir el dolor y la hinchazón, en combinación con hielo y reposo.
La fisioterapia se utiliza para fortalecer la zona de tu lesión e inestabilidad, así como para aliviar el dolor. La fisioterapia para la inestabilidad del hombro puede incluir estiramientos, entrenamiento de fuerza, manipulación articular (con cuidado para evitar que aumente la inestabilidad) e incluso terapia de masajes. La fisioterapia es un enfoque combinado en lugar de un tratamiento repetido.
A veces, en combinación con los tratamientos anteriores, tu traumatólogo puede recomendarte que te coloques una ortesis en el hombro. Esto restringirá el movimiento mientras se curan las lesiones o evitará la luxación o subluxación y es ideal durante las primeras 1-2 semanas tras la lesión.
Opciones quirúrgicas
Tras hablarlo con tu equipo de Ortopedia AICA, si se toma la decisión de que las opciones no quirúrgicas no funcionan, puede que sea el momento de proceder a una intervención quirúrgica. Nuestro objetivo es garantizar un tratamiento experto y una recuperación completa tras la cirugía. La mayoría de las intervenciones quirúrgicas en el hombro pueden realizarse por vía artroscópica. La cirugía artroscópica requiere una pequeña incisión y la inserción tanto de una cámara para la visualización como de los instrumentos necesarios para completar las reparaciones. La cirugía artroscópica produce menos daño tisular, un tiempo de recuperación más corto y, a menudo, menos dolor.
Durante la intervención, el cirujano reparará el tejido desgarrado con suturas simples o reforzadas con puntos de anclaje metálicos o de plástico. Los puntos de anclaje se hunden en el hueso circundante para colocarlos firmemente. Pueden utilizarse técnicas similares para tensar y reforzar tendones, ligamentos y músculos.
Cirugía del desplazamiento capsular
Esta cirugía se realiza cuando la cápsula que rodea la articulación del hombro es demasiado grande y provoca inestabilidad en el hombro. Esta cirugía tensará la cápsula, a menudo “remetiendo” el ligamento para acortarlo, asegurándolo con suturas, o suturas y anclajes, y estabilizando el hombro.
Reparación del manguito rotador
Lo ideal es tratar una lesión del manguito rotador con opciones no quirúrgicas. Sin embargo, si no observas mejoras al cabo de 6-12 meses, podría ser necesaria una intervención quirúrgica. Nuestros expertos cirujanos ortopédicos de Ortopedia AICA volverán a unir los tendones del manguito al hueso de la parte superior del brazo si es necesario. Si el desgarro no es tan grave, podría ser posible desbridar, recortar y alisar el desgarro para favorecer la curación.
Reparación del labrum
Si el labrum tiene un desgarro, lo más probable es que necesite una reparación quirúrgica. Esta cirugía se realiza mejor artroscópicamente debido al ángulo y a la pequeña zona operatoria. El labrum, o cartílago blando, se repara utilizando suturas y ocasionalmente anclajes, de forma similar a una reparación del manguito rotador.
Ocasionalmente, en caso de inestabilidad o lesiones graves, es necesaria la cirugía abierta. Esto implica una incisión mayor para acceder a la totalidad de la articulación, la cápsula y los tendones. Implicará un tiempo de curación más largo y, en ocasiones, una rehabilitación postoperatoria más prolongada.
Incluso con cirugía, todas las cirugías ortopédicas requieren un periodo de rehabilitación. A menudo incluye fisioterapia, masajes terapéuticos y tratamiento farmacológico. La fisioterapia es muy beneficiosa para la curación tanto de los huesos como de los tejidos blandos tras la cirugía. Ayuda a aumentar tu amplitud de movimiento (imprescindible para la articulación más flexible, el hombro), mejorar la flexibilidad y fortalecer la articulación para evitar futuras lesiones. El objetivo es reincorporarte con seguridad a tus actividades cotidianas, prevenir complicaciones y garantizar el éxito a largo plazo de la operación.
¿Y ahora qué?
Para saber más sobre la inestabilidad de hombro, ponte en contacto con Ortopedia AICA. Ortopedia AICA tiene personal disponible 24 horas al día, 7 días a la semana, para asesorarte y evaluarte para una curación óptima. Un tratamiento rápido en ortopedia es clave para el éxito de la curación de las lesiones, ya sean traumáticas o crónicas. Ortopedia AICA cuenta con una plantilla de cirujanos ortopédicos, especialistas en lesiones deportivas, quiroprácticos, fisioterapeutas y otros miembros del equipo dispuestos a colaborar en tu plan de tratamiento ¡hoy mismo!