Si te has dislocado una costilla en un accidente de tráfico, sabes lo doloroso que puede ser respirar profundamente. Las lesiones en cualquier parte de la caja torácica pueden asustar mucho por el dolor que puedes experimentar con ritmos naturales que damos por sentados, como la simple inspiración y espiración. Si has empezado a sentir dolor al respirar o sientes una sensibilidad extrema en la zona de una o varias costillas, debes consultar a un médico ortopédico. Aunque las lesiones leves de las costillas pueden tratarse en casa, debes confirmarlo con un médico para asegurarte de que todo lo demás que la caja torácica debe sostener y proteger funciona correctamente.
Cómo funcionan las costillas
Tendemos a pensar en las costillas como una serie de huesos curvados que envuelven el pecho y protegen los pulmones. Lo que no siempre tenemos en cuenta es cuánto se mueven y flexionan realmente estos huesos con cada respiración que hacemos. En realidad, la caja torácica está unida a la columna vertebral y al esternón, de modo que, si lo piensas, las costillas en realidad están conectadas a muchas partes distintas de toda la parte superior de tu cuerpo. Una serie de músculos conecta cada costilla entre sí para ayudar a la caja torácica a funcionar y flexionarse como un todo con cada respiración y movimiento.
La función de las costillas y la caja torácica es proteger no sólo los pulmones, sino también otros órganos vitales del tórax. Por eso una lesión costal siempre debe ser evaluada por un médico ortopédico para asegurarse de que los órganos que protege no se han visto afectados. Además, los huesos de las costillas y los músculos que los conectan ayudan a formar espacio dentro de tu cuerpo para permitir que tus pulmones se llenen adecuadamente de aire. Cuando tengas una costilla fracturada o dislocada, el médico querrá asegurarse de que los pulmones pueden seguir llenándose de aire.
Signos y síntomas de las lesiones costales
Además del dolor al inspirar y espirar y de la sensibilidad en una zona concreta de las costillas antes mencionados, hay otros signos y síntomas de que has sufrido una lesión costal. También puedes experimentar dolor torácico o de espalda de forma más general, e incluso hinchazón y hematomas en la zona. Dependiendo de la causa de las lesiones costales, como una tos fuerte o una enfermedad, también puedes experimentar dolor al estornudar o toser. Siempre que experimentes dificultad para respirar debes buscar atención médica.
Las lesiones costales pueden variar en función de cómo se hayan producido y, por tanto, sus signos y síntomas pueden presentarse de forma diferente. Por ejemplo, una fuerza extrema, como el disparo de un airbag en caso de accidente de coche, a veces puede lesionarte las costillas. Un golpe inmediato en la zona en caso de accidente de coche o quizá una lesión deportiva o incluso una caída puede causar un dolor extremo e instantáneo. Sin embargo, otros tipos de signos y síntomas de una lesión costal pueden desarrollarse más gradualmente, como cuando estás enfermo y toses o vomitas mucho, lo que somete a la caja torácica a una gran tensión. Una mala postura constante a lo largo del tiempo también puede provocar una dislocación costal, ya que tus músculos y tejidos de sostén se vuelven incapaces de soportar la tensión.
Cuidados quiroprácticos para las lesiones costales
Comprender cómo se conectan las costillas a la columna vertebral ayuda a aclarar por qué la atención quiropráctica es una de las mejores y más eficaces formas de tratamiento de las lesiones costales, como la luxación de costillas. Tres costillas están conectadas a la columna vertebral mediante articulaciones y una costilla también está conectada al esternón mediante una articulación. Estas articulaciones permiten cierto movimiento en el que las costillas se conectan a otras partes del cuerpo y se flexionan con los movimientos respiratorios naturales. Sin embargo, cuando una de estas articulaciones está inflamada o fuera de lugar, puede restringir el movimiento y hacer que resulte doloroso respirar. Los quiroprácticos identifican cualquier costilla subluxada o dislocada y utilizan diversas técnicas naturales y no invasivas para proporcionar tratamiento. El tratamiento quiropráctico para este tipo de lesión costal suele consistir en aflojar los músculos que rodean la zona con masajes antes de utilizar técnicas suaves para realinear la costilla y la articulación.
Tratamiento ortopédico de las lesiones costales
Si tu traumatólogo sospecha que te has roto una costilla, puede que quiera hacerte una serie de pruebas de diagnóstico por imagen para obtener una mayor visualización de la zona y ver si hay algo más afectado. Esto puede incluir una radiografía o una tomografía computarizada para ayudar a buscar problemas como un pulmón colapsado o daños en otros órganos. Dependiendo de la gravedad de la fractura costal, el médico hablará contigo sobre formas adicionales de ayudar a controlar el dolor en casa, ya que las lesiones costales pueden tardar de cuatro a seis semanas en curarse por completo. Si sospechas que tienes una lesión costal, no dudes en ponerte en contacto con uno de nuestros médicos ortopédicos o quiroprácticos altamente cualificados de AICA para que te ayuden a tratar el dolor y experimentar la curación.